Formación: Comunicación con mi Cuerpo. Dolores Ramirez, aci

TALLER DE FORMACIÓN
H. Dolores Ramírez aci
10 de Julio 2007

1. COMIENZO CON UNA ORACIÓN

EMPEZAR A ORAR
de Bremen sj

La oración es estar en la presencia de Dios con las manos abiertas y el corazón abierto. Hay tantas cosas en mi vida de las cuales yo me agarro, cerrando el puño... Y si abro mis manos, todavía están ahí...nada se cae, mis manos están abiertas. Eso es la oración. Después de un tiempo en que esté dispuesto a quedarme con las manos abiertas, bastante tiempo vendrá el Señor, echará una mirada y rondará por mis manos para ver qué es lo que tengo. Puede quedar sorprendido ¡¡tantas cosas!!; luego se me quedará mirando y me preguntará:
¿Te importaría si te quito un poco?
Y yo le contesto:
Claro que lo podés tomar, por eso estoy acá con las manos abiertas.
y tal vez el Señor echará un vistazo en esta ocasión y me preguntará:
¿te importaría si pusiera algo en tus manos?
Y yo le respondo:
Caro que no.


Este es el meollo de la oración, el Señor puede quitar y poner algo, nadie más puede hacer esto, pero él si puede. Es el Señor. Yo sólo tengo que abrir mi corazón y mis manos y quedarme ahí el tiempo suficiente para que el Señor venga.

La oración no es tanto una búsqueda. La búsqueda lleva consigo una parte de impaciencia, una actividad. Tengo que hacer algo. No, la oración es un esperar. El esperar coloca el énfasis sobra la otra persona, la que ha de venir. Lo único que yo puedo hacer es esperar a la persona que tiene que venir. Al esperar expreso mi impotencia, mi insuficiencia, y esa es mi disposición hacia Dios. No puedo forzar a Dios a que venga. Todo lo que puedo hacer es esperar y estar presente. Orar significa soltar mi control. Cuando oro ya no tengo el control, Dios es el que controla. Vendrá cuando crea ser el tiempo de venir. Orar es tener el valor de escuchar, de ceder mi autodeterminación.


INTRODUCCIÓN

Acabamos de hacer un ratito de oración expresando nuestra fe, nuestra confianza, nuestra súplica a Dios con el corazón y las manos.

Y podríamos decir, “así como no hay persona humana sin el cuerpo, según dice el Catecismo de la Iglesia (Nº 362-368), tampoco hay oración cristiana sin él, pues no hay cristianismo cuando está ausente el principio de la Encarnación. No obstante, recordemos que este orar con el cuerpo supone una sensitividad purificada: Ignacio recién propone la aplicación de sentidos en la segunda semana de los Ejercicios, cuando el ejercitante ha sentido y aborrecido el desorden que el pecado produce en sus operaciones (EE 63), ha pasado todos y cada uno de los cinco sentidos “por la pena que padecen los dañados” en el infierno (EE 65-71), y su amor oblativo es capaz de superar “su propia sensualidad” (EE 97)[1] (de la Charla de Aplicación de Sentidos del P. Agustín Rivarola en la Escuela de EE) Esto es, sabemos que hay un largo camino de conocimiento personal y formativo que tenemos que recorrer, pero podemos ir ensayando, dando pasos.... porque caminar se aprende caminando, rezar se aprende rezando...verdad?



¿Cómo podría desarrollar el tema de la Comunicación con mi Cuerpo?
q Comunicación con Dios...veíamos recién
q Comunicación con los otros
q Comunicación conmigo mismo, conmigo misma
q Comunicación con la Creación

Ejercicio personal:
q ¿Qué dirías vos del Cuerpo?



El Cuerpo puedo abordarlo desde
ü sistema nervioso
ü sistema digestivo
ü sistema reproductor

también como
ü cabeza
ü cuerpo
ü alma

o bien desde los sentidos
ü tacto
ü olfato
ü gusto
ü vista
ü oído

o bien desde sus miembros comunicadores
ü pies
ü manos
ü boca
ü ojos
ü oídos
ü genitales

o bien desde su identificación sexual
ü ser mujer
ü ser varón

o bien
ü parte de un todo


Ejercicio personal:
q ¿Qué definición se acerca más a la tuya? ¿en qué te das cuenta?
q ¿Qué cosa de las definiciones te gusta más?
q ¿Qué te resulta novedoso?


6.
Ejercicio personal

Ø Hacer una lista con todas las experiencias vividas en el día de hoy a través de tu cuerpo.

Ø Luego, preguntarme
ü ¿Qué quisiera agradecer?
ü ¿Qué me llama la atención?
ü ¿Qué me gustaría cambiar?


8. ILUMINACIÓN CON TEXTOS


DE LA ESPIRITUALIDAD IGNACIANA

Él es la plenitud de todo hombre y de toda mujer, en el “como Él” está nuestra plenitud.... para eso se hizo hombre, para mostrarnos cómo.

Su Cuerpo es CAMINO, VERDAD Y VIDA: la comunicación con su Cuerpo a Dios, a los otros, a sí mismo, a la creación.

TEXTOS EVANGÉLICOS

¿Qué piensa Jesús? En qué sueña?
A qué da valor?
Por qué hace las cosas?

Mt. 5, 3-12
Mt. 6, 1-34 Mt. 7, 7-11
Mt. 13, 44-46 Mt. 18, 1-4
Mc. 15, 16-20 Lc. 12, 22-32
Jn. 19, 30

¿Qué mira Jesús? ¿Cómo miran sus ojos?
¿A quiénes mira? ¿Qué enseña su mirada?

Mc. 12, 41-44 Mt. 6, 26-34
Lc. 6, 41-42 Lc. 19, 1-10
Lc. 22, 60-62 Jn. 9, 1-7
Jn. 11, 32-44

¿Cuáles son las palabras que más dice Jesús?
¿De qué habla? ¿Con quiénes dialoga?
¿Qué enseña, qué predica? ¿Qué denuncia?

Mt. 4, 17 Mc. 1, 14-20
Mt. 4, 23 Mt. 5, 3-12
Mt. 7, 1-5 Mt. 11, 25-30
Mt. 16, 24-26 Lc. 11, 1-4
Lc. 11, 42-44 Lc. 15, 1-32
Jn. 10, 1-18

¿Qué llena su Corazón? ¿Qué sentimientos tiene y vive?
¿Qué valora y aprecia? ¿Qué lo alegra? ¿Qué lo entristece?

Mt. 6, 19-21 Lc. 6, 27-38
Mt. 6,24 Lc. 15, 1-32
Mt. 6,25-34 Jn. 19, 31-37
Mt. 11, 28-30 Jn. 20, 26-29

¿A quiénes tocan sus manos?
¿Con quiénes se relaciona? ¿A qué obras da más importancia?

Mt. 4, 23-25 Mt. 6,1-4
Mt. 8, 1-4 Mt. 9, 18-31
Mc. 2, 15-17 Mc. 8, 22-26
Jn. 10, 1-18 Jn. 13, 1-16

¿Qué caminos recorren sus pies? ¿Qué lugares visita?
¿Qué esfuerzos realizan? ¿Qué metas se proponen?

Mt. 7, 13-14 Mt. 8, 18-22
Mt. 9, 35-38 Mt. 16, 24-26
Mt. 18, 12-14 Lc. 6,12-16
Lc. 10, 29-37 Lc. 24, 13-35
[1] Es de suma importancia captar la diferencia entre "sensibilidad" (capacidad perceptiva y receptiva) y "sensualidad" (dependencia del placer que nos proporcionan los objetos). No se trata de privarse de disfrutar, sino de evitar que el disfrutar se convierta en una absorción y en una dependencia.

TALLER DE COMUNICACIÓN (Inés Greslebin, aci)

TALLER DE COMUNICACIÓN- CEIA 2007
¿Qué es la comunicación?
Complejidad y fenómenos que se dan en ella.
Partiendo de mis propias experiencias de comunicación deducir las claves de una comunicación plena

Inés Greslebin, aci



VOCACION A COMUNICARNOS

“Tengo el cuerpo todo lleno de palabras. En los análisis de sangre, siempre aparecen más palabras que glóbulos:

- El colesterol está dentro de los límites, pero las palabras… - me dice el médico, y frunce el ceño.

Las palabras me caminan adentro, mientras yo camino. En mis ires y venires a lo largo de la costa de Montevideo, las palabras van y vienen todo a lo largo de mí: ellas se buscan, se encuentran y se juntan y juntas crecen y se van convirtiendo en cuentos que quieren ser contados. Entonces las palabras golpean a las puertas de mi cuerpo, la puerta de la boca, la puerta de la mano, queriendo salir, queriendo darse, mientras yo me dejo ir por la orilla del río ancho como mar. Fue a la orilla de ese río-mar donde alguna vez también yo golpeé a las puertas de un cuerpo, queriendo salir, queriendo darme, y fui nacido”

Eduardo Galeano

APORTES DEL GRUPO:
la PALABRA es VIDA, estoy habitado por millones de palabras registradas en la sangre. HECHO A IMAGEN DE LA TRINIDAD QUE ES COMUNICACIÓN interna y que se vuelca hacia fuera, es inherente al hombre comunicarse.
frontera del cuerpo/cultura materna: pasamos de un mar de silencio a una tierra habitada por otras palabras/lenguajes, textos, discursos que dan sentido a la vida.
la historia personal es nomadismo de territorios, recogemos experiencias que condicionan la imagen de sí, del mundo, el modelo de comunicación.
crecer será un itinerario sucesivo de partos que den luz a nuestras propias palabras y textos para continuar construyendo el tejido social.
la realidad despierta un lenguaje interno que golpea para salir. Podemos dejar que lo hagan o no. Pero NADIE PUEDE ELEGIR NO COMUNICARSE, ya que el silencio y el aislamiento son comunicación.
comunicación es más complejo que expresión. Podemos expresarnos muy bien sin comunicarnos. Expresar es “hacer salir de sí”. COMUNICACIÓN es COMUN ACCION, transmitir y recibir, enlace entre dos puntos.
las palabras golpean el cuerpo… Un 55% de nuestra comunicación se transmite por la acción corporal, un 38% por el tono de voz y un 7% por la palabra. Nuestro CUERPO ES UN TEXTO VIVIENTE tejido por las huellas que dejaron mensajes, presencias y ausencias, gestos de amor y desamor en nuestra historia, y cargado de condicionamientos sociales referidos al género, lo ético, lo económico, etc.
en toda comunicación hay un aspecto de CONTENIDO y otro de RELACIÓN. La respuesta también los tiene. Puede ser de aceptación, rechazo o descalificación a alguno de estos niveles o a ambos. Cuando la relación es buena cobra figura el mensaje. Cuando la relación es mala, será mala la comunicación.
la relación clasifica el contenido y da lugar a la METAMENSAJE. Lo que se quiere decir más allá de lo que verbaliza. Para leerla hay que considerar el contexto, la actitud, las expresiones no verbales, etc.































EL LENGUAJE y EL MISTERIO DE LA VIDA

“La vida pide ser narrada porque encierra un encargo, atesora un encanto que no puedo esconder ni guardar; me invita a salir de mí, a buscar, a decir. La vida no anda dispersa en ideas sueltas, en imágenes vagas o voces solitarias. La vida es un texto, un tejido, tiene una trama. Me busca para ser narrador, para ser narrada,… para ser autor, lector e interprete de mi propio argumento de vida. La vida merece ser contada, necesita cuerpos abiertos para hacerle lugar al encanto de su misterio.”
Paul Ricoeur.


APORTES DEL GRUPO:
NOMBRAR es reconocer la existencia, la dignidad- Dios al nombrar “crea”; Dios pone nombre, llama por el nombre
NARRAR es reconocer lo valioso de la historia de salvación, la intensidad del presente. El lenguaje comparte la vida des/cubierta. Dios se revela al hombre en la Palabra, se encarnó en el Hijo y se encarna en nuestra vida para darse a conocer. Dios necesita del silencio, de la voz, del oído para dar lugar a su misterio.
el lenguaje lo utilizamos para informar, expresar, influir… RELACIONARSE con uno mismo, con los otros, con Dios
se da un nuevo patrón de comunicación con la telefonía celular: una interacción frenética y frívola que entrena a comunicarnos sin relacionarnos, a vivir separadamente codo a codo.
¿cuáles son las características de una COMUNICACIÓN para que sea PLENA? ¿cuáles son sus claves?

¿COMO ES MI COMUNICACIÓN?
Experiencia: cuando, donde, con quien/es, contexto o situación
Mensaje: comunica una noticia, una inquietud, un deseo, amor, el ser; referido a la dimensión afectiva, espiritual, pragmática, social; es claro o ambiguo, confuso, con interferencias o ruidos; preciso o redundante, contradictorio, paradójico. Expresiones complementarias: actitud del cuerpo, tono de la voz, ubicación en el espacio…
Metamensaje: refuerza, complemente el mensaje o difiere, agrega novedad.
Intención: informar, influir, regular comportamientos, transmitir patrones de conducta, expresar, interactuar, generar una nueva realidad
Vínculo: íntimo o superficial, “de bolsillo”; cercano o distante; personal, en red ó difuso “en telaraña”; simétrico ó complementario; que vive la mutualidad, la alteridad o la auto referencialidad, el individualismo; libre o dependiente, posesivo; sostenido o breve; conectado o relacionado; encandilado o real; que hace concesiones, que respeta al otro por lo que es o piensa, competitivo…
Compromiso emocional: estado interior propio y que se percibe del otro en esa circunstancia; confianza, comodidad o ansiedad, miedo, debilidad
Proceso: humanizante, acompasado, en sintonía, con balance de poder, camino de apertura honesta o negociaciones, escaladas, rechazo, descalificación del contenido o de la relación; presencia de un acto creativo reparador; se ata o desata un nudo; abre o cierra una compuerta…
Resultado: entendimiento, empatía, , transformación de la realidad, profundización en el vínculo o disfuncionalidad, conflicto, ruptura
Exploración: aprendo de mí. ¿Qué me dicen estas experiencias? ¿Cuáles son mis fortalezas o recursos para lograr una buena comunicación? ¿Qué elementos no me ayudan? ¿Cuándo una comunicación se hace plena? ¿Cuáles son sus claves?


experiencia
Mensaje
metamensaje
intención
vínculo
compromiso emocional
proceso comunicacional
resultado
exploración
+

















-

















¿Cuándo una comunicación se hace plena? ¿Cuáles son sus claves?


APORTES DEL GRUPO:
Una comunicación se hace plena cuando:
es simétrica
se pone todo de ambos lados
hay un mutuo entender el mensaje y el metamensaje
se registra el componente emocional propio y ajeno, y se intenta guiarlos
se entra en el otro, se vive la alteridad
dejamos que el tiempo haga lo suyo
parte de una mínima empatía o afinidad y pone de sí para ir creciendo
no se entiende necesariamente todo, sino que se acepta y ama el misterio del otro
es eficiente, es eficaz
se vive un proceso en el que se crece en la relación
comparte la vida, el ser. Son prototipo de comunión la relación madre-hijo, esposo-esposa, la Adoración Eucarística
hubo un previo conocimiento de sí elaborado en la soledad


ANEXOS:
COMPONENTE EMOCIONAL EN LA COMUNICACIÓN
La comunicación es un proceso más emocional que cerebral. Importa comenzar, continuar y terminar acogiendo. Todos reaccionamos ante los otros según nuestras relaciones previas con ellos. La percepción tiene un peso central a la hora de lograr una comunicación eficaz.
En el proceso de comunicación el objetivo es entrar en sintonía con el otro. Escucharlo con todo el cuerpo, empatía, entendimiento. Prestamos atención a lo que dice y accedemos a lo que piensa y siente. Cuando entramos en sintonía la comunicación no verbal alienta a nuestro interlocutor y retroalimenta su discurso. El calibrado es utilizar la agudeza sensorial (ver, oír, sentir) para percibir el lenguaje no verbal del otro. Que nos permiten acceder a su estado interior. Acompasar es ir al compás del otro, entrar en sintonía creando un puente con el estado interno del otro, igualando el lenguaje no verbal.
Howard Gardner, Harvard 1983, definió a la inteligencia emocional como la capacidad de regular y monitorear los sentimientos propicios y ajenos y de utilizar los sentimientos para guiar el pensamiento y la acción. El intelecto se basa en el funcionamiento de la neocorteza y los centros emocionales se encuentran en la subcorteza. Deben trabajar de común acuerdo.
Postuló cinco aptitudes básicas emocionales y sociales:
- conocimiento de uno mismo: saber que se siente en cada momento, confianza en uno mismo
- autorregulación: recobrarse bien de tensiones emocionales, demorar gratificaciones en pos de objetivos
- motivación: utilizar nuestras preferencias más profundas para avanzar y perseverar
- empatía: percibir como sienten los demás, ser capaces de ver las cosas desde su perspectiva, cultivar la afinidad con amplia diversidad de personas
- habilidades sociales: manejar bien las emociones en una relación e interpretar adecuadamente las situaciones y las redes sociales.



CLAVES PARA CRECER EN LA INTIMIDAD
Intimidad significa que tú puedes ser quien eres dentro de una relación y dejar que la otra persona sea lo que es. ¿Cuándo soy lo que soy? Cuando hablo, me posiciono, pongo los límites de la relación. ¿Cuándo dejo al otro ser lo que es? Cuando me mantengo conectado en tiempos difíciles con el que piensa distinto sin necesidad de convencerlo.

Claves para crecer en la intimidad:
- mutualidad: es la capacidad de dar y recibir. Es opcional más que circunstancial.
- empatía recíproca: “caminar en los zapatos del otro”. Cuanto más cómodo te sientas contigo mejor podrás sentir esta empatía y no temer perderte a ti mismo.
- balance de poder: se da cuando ninguno se calla o traiciona a sí, cuando cada uno expresa la fuerza y vulnerabilidad, debilidad y competencia de manera balanceada. Si alguien es menos vulnerable, no hay intimidad.

Requisitos:
- conciencia de sí: de los propios mitos, fuerzas, limitaciones. Es imposible tener una relación intima con otros si no somos íntimos con nosotros mismos. Hay que animarse a enfrentar la soledad: cuando rehusamos a aceptarla transferimos a quienes amamos la responsabilidad de solucionar nuestros propios problemas.
- deseo de arriesgarse con otra persona en un vínculo libre. Romper la rutina y mostrar nuestra vulnerabilidad. Auto revelarnos, expresarnos honestamente. Escuchar al otro sin preparar el próximo pensamiento. Permanecer emocionalmente conectado durante épocas de conflicto o ansiedad. Un profundo respeto y valoración de las diferencias. Hacer concesiones: hace falta fuerza más que debilidad para dejar de lado nuestras propias necesidades para un bien mayor.
- aceptación del llamado a cambiar y a crecer, propio del proceso de intimidad iniciado. Tener la expectación de aprender sobre uno mismo. No desesperarse. No sucede al instante, puede tomar toda la vida. La intimidad es real al descubrir después de muchos fracasos que nunca podemos quitar el vacío que existe en el fondo del corazón del otro. Tal vez lo que podamos hacer es abrazarnos en tiempos de oscuridad.

No puede haber intimidad cuando hay encandilamiento, cuando quiero que la persona sea lo que quiero y disculpo, excuso e ignoro cuando no lo es. Se encandila el solitario que se conecta de manera ciega.

Encrucijadas (Puntos para la oración)

Puntos: ENCRUCIJADAS

Oración: para ponernos en presencia de Dios, para ir bajando el ritmo acelerado que traemos de la calle, vamos a pedirle al Espíritu Santo que nos ilumine y nos ayude a escuchar lo que tenga para decirnos. Cantemos juntos: Sopla, Señor

Sopla Señor te lo pido,
quédate esta noche en mi alma
pues sólo tu amor y abrigo,
me darán consuelo y calma.
Sopla Señor sopla fuerte,
envolveme con tu brisa.
Y en tu Espíritu renovame,
hazme libre en tu sonrisa.
A pesar de mis caídas,
hazme fiel a tus promesas.
Sopla Señor en mi vida,
y arrancame esta tristeza.

Sopla, sopla Señor tu grandeza, sopla
Hazme fiel en mi pobreza...



Sopla Señor en mi oído,
sopla fuerte arranca el miedo
pues sin Ti me hallo perdido,
sin tu luz me encuentro ciego.
Sopla Señor hazte viento,
y bautízame en tu nombre
llámame a servir Maestro,
hazme fiel entre los hombres.
Toma mi vida en tus manos,
mis sueños, mi amor, mi todo,
mis cansancios, mis pecados
y moldéame a tu modo.

Sopla, y bautízame en tu brisa, sopla
renovame en tu sonrisa, sopla.



Sopla Señor tu caricia,
por sobre mis sentimientos
que sea el Ángel de Tú Misa,
quien obre en todo momento.
Sopla Señor y hazte canto,
pon tu palabra en mis manos
en ellas tu providencia
y bendice a mis hermanos.
Quiero ser de tu árbol rama,
fruto nuevo de tu cielo
Que madura en tu palabra,
como un ave en pleno vuelo.

Sopla, sopla Señor tu grandeza, sopla
Hazme fiel en mi pobreza, sopla
Sopla Señor, sopla (3)


"Si yo hubiera... La vida decidió por mí o yo opté y elegí..."

Luego de encontrar un lugar cómodo, agradable, tranquilo, donde me sienta bien, me dispongo a este Encuentro con el Señor, hago entonces un signo exterior, por ej. la señal de la cruz.

Petición: Señor, iluminame a ver tu presencia en mi vida, dame fuerza para seguir tus caminos y regalame tu PAZ…

Si nos paramos a pensar un poco en toda nuestra vida encontraremos muchos momentos de ENCRUCIJADAS, y tal vez nos diremos: “Si hubiera… sabido/pensado/visto…”, justamente son esos momentos los fueron haciendo quienes somos hoy… y ¿elegí yo o eligieron por mi?

Preguntarnos durante la oración, ¿en qué momento yo tomé conciencia y elegí “seguir a Cristo no por herencia sino por adopción”? ¿cuándo elegí yo? ¿tomé conciencia de esto o nunca siquiera lo pensé? Quizás lo hice de chica o de grande, pero hubo un momento que te planteaste esto, ¿no? Si nunca me puse a verlo, te invito a hacerlo ahora y si ya lo hice, te invito a renovar el sí dado anteriormente.
Sabemos que Dios quiere la felicidad del hombre, y nos invita a vivirla:
¿Soy conciente de que Dios quiere para mí la FELICIDAD? ¿busco seguir el camino que Dios me muestra? ¿lo hago siempre o a veces me hago el/la “chanta”?
Hubo un día en el que fui bautizado, tal vez un día tomé conciencia de que era lo que significaba esto realmente y entonces le di una respuesta a Dios, ¿cuál es esa respuesta?
Si mi respuesta es si, ¿soy conciente de que ese sí se renueva frente a cada encrucijada? ¿qué mi opción por Jesús tiene que crecer día a día? ¿qué la amistad que no crece a la larga o a la corta muere?

Finalmente, hago un coloquio con Jesús y escribo lo que quiero decirle.
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Ayudas varias para la oración: Recordando esto que nos enseña San Ignacio…
“no el mucho saber harta y satisface el alma sino el sentir y gustar las cosas internamente”

Bíblicas: podemos leer en el Evangelio (elijo un texto) o mirar esas escenas en estos tres iconos…
* Padre Misericordioso (Lc. 15,11-32), Buen Samaritano (Lc. 10,25-37), Joven Rico (Mt. 19,16-26).
Miremos un poco lo común y también lo distinto, cómo pueden haber sido nuestras respuestas a Jesús cuando me invitó a seguirlo o como pueden ser las futuras respuestas que le de en este seguir sus caminos.

Ejercicio: si me ayuda más, es propongo marcar en una línea de tiempo algunas encrucijadas de nuestra vida, con las que ahora vamos a rezar. Marcamos nuestro nacimiento, Bautismo, Primera Comunión, si me acuerdo la primera vez que recibí el Sacramento de la Reconciliación o alguna otra Reconciliación significativa en mi vida, la Confirmación, si recibiste alguno de los otros Sacramentos, también, y algún encuentro muy fuerte que hayas tenido con Jesús, como un Retiro o los Ejercicios Espirituales.

nací 2007


Unas frases/ideas:
§ Problemas son aquellas circunstancias que ves cuando no tienes definido tu objetivo (Anónimo).
§ Nada más hermoso en la vida que la amistad: tener a alguien a quien le puedas mostrar tu interioridad, comunicar tus secretos, confiar lo oculto de tu corazón (San Ambrosio).
§ Nada te puede importar más que encontrar a Dios; es decir, enamorarte de Él de una manera definitiva y absoluta. Aquello de lo que te enamoras atrapa tu imaginación y acaba por ir dejando su huella en todo. Será lo que decida, qué es lo que te saca de la cama en la mañana, qué haces en tus atardeceres, en qué empleas tus fines de semana, lo que lees, lo que conoces, lo que rompe tu corazón y lo que te sobrecoge de alegría y gratitud. ¡Enamórate! ¡Permanece en el amor! Todo será de otra manera (Pedro Arrupe sj).
# Encrucijada en inglés se dice crossroads, si traducimos literalmente sería “cruce de caminos” y si lo dibujamos un cruce de caminos tiene forma de cruz. Miremos que Jesús murió en la Cruz por nosotros, Jesús no se queda ahí en la Cruz, RESUCITA… y es a eso a lo que nos invita… a no quedarnos en la encrucijada, sino a seguir caminando y cruzarla para vivir una vida nueva...

Al terminar mi oración, hago la evaluación (que no es criticarme, ni juzgarme) sino reconocer qué fui sintiendo cuando rezaba (especialmente trato de ver que me hizo sentir PAZ) y anoto.
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Compartir: nos juntamos en equipos (no más de 5 personas) y entre todos escribimos en clave de petición, acción de gracias, alabanza, o bendición una intención para compartir luego juntos en la Misa. Equipo: _________.
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EL PADRE MISERICORDIOSO (Lc. 15, 11-32)
15 11 Jesús dijo también: "Un hombre tenía dos hijos. 12 El menor de ellos dijo a su padre: "Padre, dame la parte de herencia que me corresponde". Y el padre les repartió sus bienes. 13 Pocos días después, el hijo menor recogió todo lo que tenía y se fue a un país lejano, donde malgastó sus bienes en una vida licenciosa. 14 Ya había gastado todo, cuando sobrevino mucha miseria en aquel país, y comenzó a sufrir privaciones. 15 Entonces se puso al servicio de uno de los habitantes de esa región, que lo envió a su campo para cuidar cerdos. 16 El hubiera deseado calmar su hambre con las bellotas que comían los cerdos, pero nadie se las daba. 17 Entonces recapacitó y dijo: "¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, y yo estoy aquí muriéndome de hambre! 18 Ahora mismo iré a la casa de mi padre y le diré: Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; 19 ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros". 20 Entonces partió y volvió a la casa de su padre.
Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió profundamente; corrió a su encuentro, lo abrazó y lo besó. 21 El joven le dijo: "Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; no merezco ser llamado hijo tuyo". 22 Pero el padre dijo a sus servidores: "Traigan en seguida la mejor ropa y vístanlo, pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies. 23 Traigan el ternero engordado y mátenlo. Comamos y festejemos, 24 porque mi hijo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y fue encontrado". Y comenzó la fiesta.
25 El hijo mayor estaba en el campo. Al volver, ya cerca de la casa, oyó la música y los coros que acompañaban la danza. 26 Y llamando a uno de los sirvientes, le preguntó que significaba eso. 27 El le respondió: "Tu hermano ha regresado, y tu padre hizo matar el ternero y engordado, porque lo ha recobrado sano y salvo". 28 El se enojó y no quiso entrar. Su padre salió para rogarle que entrara, 29 pero él le respondió: "Hace tantos años que te sirvo, sin haber desobedecido jamás ni una sola de tus órdenes, y nunca me diste un cabrito para hacer una fiesta con mis amigos. 30 ¡Y ahora que ese hijo tuyo ha vuelto, después de haber gastado tus bienes con mujeres, haces matar para él el ternero engordado!". 31 Pero el padre le dijo: "Hijo mío, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo. 32 Es justo que haya fiesta y alegría, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado"."

EL BUEN SAMARITANO (Lc. 10, 25-37)
10 25 Y entonces, un doctor de la Ley se levantó y le preguntó para ponerlo a prueba: "Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la Vida eterna?". 26 Jesús le preguntó a su vez: "¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?". 27 El le respondió: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu espíritu, y a tu prójimo como a ti mismo".
28 "Has respondido exactamente, le dijo Jesús; obra así y alcanzarás la vida".
29 Pero el doctor de la Ley, para justificar su intervención, le hizo esta pregunta: "¿Y quién es mi prójimo?". 30 Jesús volvió a tomar la palabra y le respondió: "Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos bandidos, que lo despojaron de todo, lo hirieron y se fueron, dejándolo medio muerto. 31 Casualmente bajaba por el mismo camino un sacerdote: lo vio y siguió de largo. 32 También pasó por allí un levita: lo vio y siguió su camino. 33 Pero un samaritano que viajaba por allí, al pasar junto a él, lo vio y se conmovió. 34 Entonces se acercó y vendó sus heridas, cubriéndolas con aceite y vino; después lo puso sobre su propia montura, lo condujo a un albergue y se encargó de cuidarlo. 35 Al día siguiente, sacó dos denarios y se los dio al dueño del albergue, diciéndole: "Cuídalo, y lo que gastes de más, te lo pagaré al volver". 36 ¿Cuál de los tres te parece que se portó como prójimo del hombre asaltado por los ladrones?". 37 "El que tuvo compasión de él", le respondió el doctor. Y Jesús le dijo: "Ve, y procede tú de la misma manera".

EL JOVEN RICO (Mt. 19, 16-26)
19 16 Luego se le acercó un hombre y le preguntó: "Maestro, ¿qué obras buenas debo hacer para conseguir la Vida eterna?". 17 Jesús le dijo: "¿Cómo me preguntas acerca de lo que es bueno? Uno solo es el Bueno. Si quieres entrar en la Vida eterna, cumple los Mandamientos".
18 "¿Cuáles?", preguntó el hombre. Jesús le respondió: "No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, 19 honrarás a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo". 20 El joven dijo: "Todo esto lo he cumplido: ¿qué me queda por hacer?".
21 "Si quieres ser perfecto, le dijo Jesús, ve, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres: así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme". 22 Al oír estas palabras, el joven se retiró entristecido, porque poseía muchos bienes.
23 Jesús dijo entonces a sus discípulos: "Les aseguro que difícilmente un rico entrará en el Reino de los Cielos. 24 Sí, les repito, es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los Cielos". 25 Los discípulos quedaron muy sorprendidos al oír esto y dijeron: "Entonces, ¿quién podrá salvarse?". 26 Jesús, fijando en ellos su mirada, les dijo: "Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible".


El Padre Misericordioso

El Buen Samaritano

El Joven Rico


Hablan Jesús y el Padre

Jesús: Ahora, Padre, que se acerca el momento de volver a tus manos
(si es que puede volver quien jamás se ha alejado),
déjame agradecerte este don de ser hombre
que Tú me regalaste durante treinta años.
Ha sido hermoso ¿sabes?
Hermoso y doloroso, es bien cierto,
mas, sobre todo, hermoso.
tener carne, sentirme débil,
conocer el paso del tiempo por tus horas,
amar desde más cerca y uno a uno,
tender la mano a los amigos,
comer con ellos en la misma mesa
y ver sus ojos líquidos que tratan de decirte que te quieren,
aunque luego mil veces su pobre corazón se descarríe.
¿Sabes, Padre?.Siempre quise a los hombres, pero ahora
se diría que me he enamorado de ellos,
precisamente porque son tan pequeños y necesitan tanto.
Ahora ya no sabría vivir sin ser humano
y por eso te pido -es mi último deseo en este mundo-
que me permitas seguir siéndolo en las anchas praderas
de lo eterno.
Déjame que me lleve este cuerpo,
y estas manos,
y estos ojos que en la tierra aprendieron a reír y llorar
(nunca lo hicimos antes),
y estos pies caminantes,
y el pobre corazón, que fue, lo que mejor nos salió en los siete días iniciales.
No creas que me olvido del mal y de la muerte.
¿Cómo podría hacerlo
ahora que los siento subir hacia mis venas?
Yo conozco la fría violencia del hombre
y el egoísmo sucio que respira su alma y sus pulmones,
he visto la serpiente de su odio enroscándoseme en torno de mi vida;
mas también he medido su ignorancia,
su mirada de niños descarriados
y he gustado el vino más hermoso: el del perdón.
¿Qué Dios seríamos nosotros
si no tuviéramos nada que perdonar?
El mal del hombre permite que se vea lo más hondo
de nuestro ser,
la última razón de nuestra triple
existencia,
ya que amor sin perdón es medio amor.

El Padre: Bien se nota, hijo mío, que estás enamorado,
pues hasta en sus defectos encuentras Tú virtudes.
Más yo voy a decirte
que todo eso es cierto... muy relativamente.
El hombre sólo es grande porque lo has sido Tú.
Yo, que le amo tanto como puedas amarle,
sé que hay hombres y hombres,
sé cuántos viven muertos,
y que, sin Ti, el puente
entre el cielo y la tierra seguiría desierto y destruido.
Ahora Tú has construido el nuevo puente,
ahora Tú te has cruzado entre el hombre y nosotros,
y ya no puedo verles sin verte siempre a Ti.
Cuando miro sus manos recuerdo que son tuyas,
cuando leo sus ojos reflejan tu mirada,
ya no hay «hombres»,
hay «Tú» multiplicado
¿Cómo podría amarte sin amarles?
¿Cómo podría amarles sino amándote a Ti?
Gracias a Ti empiezan a ver que soy su Padre.
Has cumplido tu oficio de buen hijo anunciándome
y atando para siempre mis manos de justicia
que ya se han vuelto manos solamente de amor.

Y sé muy bien cuánto dolor ha sido necesario
para lograrlo. ¿Crees
que no he visto tu espalda flagelada,
tus sienes destrozadas,
tus manos malheridas?
¡Si apenas puedo mirarte, Hijo, sin romper a llorar!
¡Si casi me arrepiento
de haberte permitido ese descenso!
Así es fácil ser hombre:
¡subidos encima de tu sangre!
Tienen vida porque cabalgan en tu muerte,
son divinos porque Tú eres hombre y porque has muerto Tú.

Y ahora, Hijo, termina tu tarea.
Tu Padre está contento
porque el Hijo mayor está volviendo
con mil millones de hijos pródigos
cargados en su espalda
Y todos brillan como Tú,
y Tú vuelves como un doble Dios con tanto engendramiento.
Ven, Hijo,
ven y tráelos,
que el Espíritu y yo os esperamos
para abrazaros por toda la eternidad.

De «Diálogos de Pasión» de José Luis Martín Descalzo.

Elementos para hacer el ejercicio de nuestra propia historia de salvación

Algunos elementos para hacer el ejercicio de nuestra propia historia de salvación
"Antes de formarte en el seno de tu madre ya te conocía;
antes de que tú nacieras yo te consagré" (Jer 1,5)

En el encuentro ignaciano del martes, intenté fundamentar –desde el pensamiento de B. Lonergan– la posibilidad de hacer este ejercicio que ahora les propongo. Consistiría en narrar el propio camino de madurez en el amor, de reconciliación, de liberación, de autotrascendencia. Esta será la luz que resalte las formas de la propia historia.

En primer lugar, es inevitable que al hablar de nuestra vida pensemos en nuestra vida conciente, en nuestros momentos de vigilia. Este plano, sin embargo es tan sólo la ventana de nuestro poder. Seleccionamos el material que pasa a nuestra conciencia para asegurar nuestra vida en las circunstancias que nos toca vivir. A veces, esta mirada puede ser demasiado estrecha, porque se guía principalmente por el corto plazo. Inversamente, censuramos deseos que no cuadran en esas circunstancias. De tal forma, mantenemos latentes o reprimidos muchas vivencias interiores o recuerdos que bien podrían constituir pasos importantes en nuestra historia de salvación. Tengamos presente que al ensayar este ejercicio estamos apuntando al máximo nivel de generalidad (y de concreción, porque la historia de salvación cubre todos y cada uno de nuestros actos) en la comprensión de nosotros mismos, ¿y cómo hacerlo si la historia está todavía en movimiento?, ¿cómo reconocer lúcidamente los vértices significativos del relato? Por ello, para que dichos recuerdos salgan a la luz es bueno comenzar el ejercicio haciendo silencio interior.

Puede sobrevenir la pregunta: ¿por dónde comenzar? ¿Por el momento más antiguo del que tengo conciencia? Obviamente, podemos aquí caer en los problemas que hemos descrito más arriba. Con todo, la cuestión no es que partamos de nuestros prejuicios actuales, sino que seamos concientes de que lo hacemos desde ellos. Por lo tanto, el punto de partida del ejercicio no es relevante. Cualquier circunstancia vital puede serlo, siempre que estemos verdaderamente dispuestos a obrar de manera auténtica, desinteresada e irrestricta frente a nosotros mismos. Tampoco debemos preocuparnos demasiado por la periodización de nuestra historia. En todo caso, ella puede surgir por sí misma al final del ejercicio y apunta principalmente a la comunicación del resultado. No es que se trate de un momento accesorio, sino que no podemos contar con información de antemano para realizarlo.

Se puede comenzar por experiencias sobresalientes de nuestra vida: una conversión, un nacimiento, la muerte de un ser querido… Las situaciones límite siempre son candidatas especiales para constituirse en hitos de nuestra vida, núcleos que verdaderamente han marcado un antes y un después, que desencadenaron una historia nueva. Puntos de inflexión en la linealidad del devenir.

Pero además de los hitos sobresalientes está el entramado de la coyuntura, la aparente intrascendencia de la cotidianeidad. En ellos parecería que Dios está simplemente acompañándonos en silencio, observándonos. Sin embargo, también en ellos está presente en nuestras vidas. “Hasta en dirección equivocada, lo mío es ir contigo, compañero”, dice una hermosa canción de E. Meana sobre el relato de los discípulos de Emaús. No siempre es fácil reconocer su presencia en esos momentos, en particular porque nuestro pecado nos impide hacerlo. Caídos, perdidos en nuestras responsabilidades perdemos la mirada desnuda, simple, esa que está capacitada para ver la gratuidad fundamental de la vida y la sobreabundancia de los dones de Dios.

En lo cotidiano desplegamos nuestra vida práctica. Nos movemos en las circunstancias con nuestras virtudes y nuestros vicios. En este sentido, una forma de acometer el ejercicio en este punto puede ser el detenerse en aquellos nudos que podemos reconocer nos impedían vivir y hemos superado con mayor o menor esfuerzo; o bien, en aquellas cargas que reconocemos, pero continúan sometiéndonos. Debemos tener presente que también tendremos algunas que ni siquiera reconocemos, pero nos mantienen en cautiverio. A veces somos tocados por la gracia, y quizá tengamos la suerte de haber vivido momentos en los que la salvación se hace presente en nosotros revelándonos a la vez nuestra mezquindad.

Pero no sólo nuestro pecado nos impide reconocer a Dios presente en nuestras vidas, sino que también lo hace el pecado de los demás, el pecado estructurado en las mediaciones culturales –del que somos solidarios– nos vuelve discapacitados para reconocer y vivir esa gratuidad (=gracia). No estará de más, entonces, incorporar en nuestra lectura el contexto –político, cultural, social, económico– en el cual hemos nacido y vivido, pues en buena medida él también condiciona nuestro ser.

Ahora, estos condicionamientos en ningún caso constituyen determinaciones o impedimentos para la gracia. Ella opera en un nivel superior. Puede hacerse presente en nuestra vida a pesar y en medio de tales condicionamientos, simplemente dotándonos de la fuerza para sobrellevarlos, superarlos o transformarlos.

Tenemos, entonces, un sujeto en movimiento, con condicionamientos internos y externos, que espera la salvación, que busca la liberación integral, interior y exterior, es decir, que venga el Reino a su propia vida y a la de todos.

Si queremos avanzar aún más con el ejercicio debemos dar un paso ulterior. Pues si verdaderamente creemos la frase del libro de Jeremías citada en el epígrafe, entonces la construcción de nuestra historia de salvación debe incluir nuestra prehistoria. Sería un grave reduccionismo comenzarla en el momento más antiguo del que tengamos conciencia. La psicología nos ha enseñado que la matriz a partir de la cual nos moveremos a lo largo de toda la vida, se conforma en los primeros años de vida. Son tiempos fundamentales, en todo el sentido de la palabra. Una historia de la salvación no puede obviar lo vivido en esa etapa, pues será necesario asumirlo.

Es preciso, por tanto, abordar la cuestión de la familia en la cual crecimos. Composición, estilos, costumbres, y todos aquellos rasgos que sean importantes o que hayan marcado nuestra historia, para bien o para mal. Nuestra historia de salvación deberá incluirlos a todos ellos, de manera directa o invirtiéndolos, es decir, sanándolos.

Pero hay más: dado que el sujeto no es una mónada, sino que está esencialmente vinculado a los otros, la salvación no puede limitarse a la historia individual. Muchos científicos están hoy estudiando la incidencia de la gestación y hasta del momento del parto en la vida posterior. Y si hablamos de gestación, debemos hablar de nuestros padres, del tiempo en que fuimos concebidos, de lo que ellos estaban viviendo, del afecto (o carencia de él) con que fuimos esperados (o no). Animarse a atravesar esta espesa selva debe será parte de esta historia de salvación que estamos procurando narrarnos. Al rastrear nuestro origen, nuestro punto de partida, el que nos ha abierto posibilidades y nos ha cerrado otras, debemos incluir todos los datos que nos parezcan pertinentes, mirando incluso la influencia que generaciones anteriores pueden continuar ejerciendo sobre nosotros a través de las mediaciones más variadas.

Supongo que a esta altura no es necesario aclarar que el ejercicio de narrar la propia historia de salvación nos lleva a internarnos en ella, a cargar con ella y volvernos protagonistas y artífices. Dar un paso más en nuestro camino de reconciliación. Pero cuando lo hayamos dado, entonces reconoceremos que todo es gracia.

Siguiendo este camino, salvar la historia de uno solo nos lleva a plantear el contexto de la salvación de todos. Sea por la vía de la salvación intergeneracional (diacrónica) o de las personas contemporáneas con quienes el sujeto comparte su vida (sincrónica) llegamos a que la salvación –y, por ende, la historia de la salvación– no puede ser individual. Cuando se intenta salvar a uno, con él vienen “enganchados” todos los demás. Es el misterio de la comunión de los santos, de la solidaridad con Cristo Jesús, nuestro hermano salvador-salvado.
Oración conclusiva
Salmo 136 (135)

¡Aleluya!
¡Den gracias al Señor, porque es bueno,
porque es eterno su amor!
¡Den gracias al Dios de los dioses,
porque es eterno su amor!
¡Den gracias al Señor de los señores,
porque es eterno su amor!

Al único que hace maravillas,
¡porque es eterno su amor!
al que hizo los cielos sabiamente,
¡porque es eterno su amor!
al que afirmó la tierra sobre las aguas,
¡porque es eterno su amor!
Al que hizo los grandes astros,
¡porque es eterno su amor!
el sol, para gobernar el día,
¡porque es eterno su amor!
la luna y las estrellas para gobernar la noche,
¡porque es eterno su amor!

Al que hirió a los primogénitos de Egipto,
¡porque es eterno su amor!
y sacó de allí a su pueblo,
¡porque es eterno su amor!
con mano fuerte y brazo poderoso,
¡porque es eterno su amor!
Al que abrió en dos partes el Mar Rojo,
¡porque es eterno su amor!
al que hizo pasar por el medio a Israel,
¡porque es eterno su amor!
y hundió en el Mar Rojo
al Faraón con sus tropas,
¡porque es eterno su amor!
Al que guió a su pueblo por el desierto
¡porque es eterno su amor!
al que derrotó a reyes poderosos,
¡porque es eterno su amor!
y dio muerte a reyes temibles,
¡porque es eterno su amor!
a Sijón, rey de los amorreos,
¡porque es eterno su amor!
y a Og, rey de Basán,
¡porque es eterno su amor!
Al que dio sus territorios en herencia,
¡porque es eterno su amor!
en herencia a Israel, su servidor,
¡porque es eterno su amor!
al que en nuestra humillación
se acordó de nosotros,
¡porque es eterno su amor!
y nos libró de nuestros opresores,
¡porque es eterno su amor!
Al que da el alimento a todos los vivientes,
¡porque es eterno su amor!
¡Den gracias al Señor del cielo,
porque es eterno su amor!

Esperar confiando en el Señor (Oración)

Esperar confiado en
el Señor…


Entramos en la presencia del Señor repitiendo lentamente esta frase: Padre, me pongo en tus manos…no voy de prisa, trato de gustar y sentir cada palabra.

Petición: te pido Señor que hagas de mi lo que quieras y que, sin importar lo que sea, pueda darte gracias.

Para rezar:
Salmo 26 (Orar a pie descalzo, E. Mazariegos- A. Botana)

Señor Jesús, eres luz para mi camino,
Eres el Salvador que yo espero.
¿Por qué esos miedos ocultos? ¿A quién temo, Señor?
La vida es como una encrucijada,
Y a veces, indeciso, no sé por donde ir.
Creo en vos, Señor Jesús.
Eres la defensa de mi vida. ¿Quién me hará temblar?

Lo sé de sobra: seguirte es duro;
¡Hay tantas cosas fáciles de conquistar a mi lado!
Yo sé, Señor, que si me dejo llevar por ellas,
Me amarraran hasta quitarme la libertad que busco.
Yo sé que si te sigo y me fío de vos
Los obstáculos del camino caerán como hojas de otoño.

Aunque la mentira y la violencia acampen contra mí,
Aunque el dinero y el placer me rodee como un ejército,
Mi corazón, Señor Jesús, no tiembla.
Aunque la publicidad fácil me declare la guerra y mis ojos encuentren en cada esquina una llamada a perder mi dignidad humana,
Mi corazón dirá que no,
Porque en vos me siento tranquilo.

Una cosa te pido, Señor, y es lo que busco: Vivir unido a vos, tenerte como amigo
Y alegrarme de tu amistad sincera para conmigo.
En la tentación me guarecerás
Algo así como el paraguas de la lluvia;
En la tentación me esconderás en un rincón de tu tienda, y así me sentiré seguro como sobre roca firme.

Señor Jesús, escúchame, que te llamo.
Ten piedad. Respóndeme, que busco tu rostro. Mi corazón me dice que vos me queres, y que estas presente en mí,
Que te preocupas de mis problemas
Como un amigo verdadero.

Busco tu rostro: no me escondas tu rostro.
No me abandones, porque sos mi Salvador. Dame la certeza de saber
Que aunque mi padre y mi madre me abandonaran
Vos siempre estarás fiel a mi lado.

Señor, enseñame tu camino,
Guiame por la senda llana.
Yo espero gozar siempre de tu compañía. Yo quiero gozar siempre de tu Vida en mi vida.

Espero en vos. Señor Jesús: dame un corazón valiente y animoso para seguirte.
Vos que sos luz para mi camino
Y el Salvador en quien yo confío.



¿En qué momentos el Señor fue luz para mi camino?
Recuerdo los momentos en que ser fiel al Señor fue fácil o se hizo más difícil…
¿Creo que el Señor se preocupa de mis encrucijadas, de mis problemas?
El Señor permanece, está siempre ¿y yo?
¿Qué me falta para confiar en Él?

Le presento al Señor lo que recé y termino con esta oración

Padre me pongo en tus manos,
haz de mí lo que quieras,
sea lo que sea, te doy gracias,
estoy dispuesto a todo, lo acepto todo,
con tal que tu voluntad, se cumpla en mí.

No deseo nada más, te confío mi alma,
te la doy con todo el amor,
del que soy capaz,
porque te amo necesito darme,
ponerme en tus manos porque eres mi Padre.

Los vínculos entre las personas (Oración)

Llamados a reflejar en nuestros vínculos el amor de un Dios
que es comunidad de personas


“Fijarme cómo Dios me mira”: antes de empezar tu oración, tomá conciencia por algunos minutos de la mirada de Dios sobre vos, sobre tu vida, sobre tus afectos. Sentí en lo profundo del alma que esa mirada te levanta, te ama incondicionalmente, no tenés que agradarle ni hacer cosas para que te ame. Ese Dios Trinidad te mira y mirándote, te ama. En este momento.

Petición: Pedile a Dios la gracia de crecer en vínculos sanos, maduros y respetuosos.

Te propongo una lectura serena del texto y quedate ahí donde encuentres “gusto”. Después hablá con el Señor y escuchalo…

Hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios. Esta verdad es tan honda que nunca profundizaremos lo suficiente. Miremos un momento a Aquel de quien hemos tomado esa imagen y semejanza. Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu son PERSONAS. Se utiliza el término persona para describir el ser, la realidad de la Trinidad, de esa comunicación recíproca entre el Padre y el Hijo que engendra al Amor. Y lo propio de la persona es darse, donarse. Son seres espirituales, son vínculo. Lo profundo de Dios son nociones que dicen RELACIÓN. Entonces podemos deducir que la lógica, en la persona es la COMUNICACIÓN. Comunicación que en Dios es derramamiento. Dios ha querido desbordarse hacia fuera en el Hijo. Por eso se encarnó. Dios ha querido tener más hijos, por eso nos envía al Espíritu y al Hijo para que nos vinculemos con el Padre.
Si somos imagen y semejanza de tal Dios no podemos pasar el tema de los vínculos, de las relaciones, de nuestra comunicación como algo secundario en nuestro camino.
Dependemos completamente de nuestros vínculos. Antes de nacer, ya somos amados. Antes de hacer operaciones inteligentes ya somos amados, recibimos amor. De Dios, de nuestros padres. Dependemos de un amor generoso, primario, absoluto. Ese Amor es sumamente necesario para la madurez personal. El proceso de hacerse persona se da siempre frente a otro. Estamos llamados a vincularnos para desplegar lo mejor de nosotros mismos y repetir ese proceso en la vida de otras personas ya que los vínculos nos ayudan en la construcción de la identidad personal. Por ello, la educación es capacitar a la persona para vincularse desde el amor. Necesitamos que nos amen incondicionalmente para poder generar con otros relaciones libres, vínculos maduros y no egoístas. Solo así, la persona crece, cuando se da, cuando ama y se deja amar.
Podemos preguntarnos entonces: ¿cómo me vinculo con el otro en la variedad de encuentros habituales y cotidianos? El encuentro con el otro, ¿es un modo de amarlo o un modo funcional, indiferente, rutinario de comunicarme? Juan nos dice en su primera carta: “el que dice “amo a Dios” y no ama a su hermano, es un mentiroso”. ( 1Jn 4,20)
El amor se expresa en el trato que le damos a los demás. Por la comunicación y el vínculo con el otro, podemos ir reconociendo que, como persona, tengo que ser expresión de amor. El trato al prójimo condensa la expresión del amor en la persona.
¿Cómo “hacer florecer” en nosotros esa imagen y semejanza de un Dios que es Persona y que comunicándonos Amor se comunica Él mismo? ¿Cómo plasmar en mis vínculos personales ese amor de Dios derramado? Veamos algunas expresiones:

Mansedumbre y humildad: “Aprendan de mi, porque soy manso y humilde de Corazón, y así encontrarán alivio” (Mt 11,29). La humildad y la mansedumbre favorecen el trato con el prójimo y, por eso, también la presencia del amor de Dios en nuestros encuentros. No es difícil recibir al sencillo, al humilde. No se necesitan levantar las defensas del propio yo ante una persona así. El humilde no es altanero ni pretencioso y por la mansedumbre se hace accesible a los demás. La humildad y la mansedumbre alejan el temor, la desconfianza y facilitan el encuentro y el diálogo.

La bondad y la cordialidad: “Como elegidos de Dios, sus santos y amados, revístanse de sentimientos de profunda compasión. Practiquen la benevolencia, la humildad, la dulzura, la paciencia. Sosténganse unos a otros y perdónense mutuamente siempre que alguien tenga motivo de queja contra otro. El Señor los ha perdonado: hagan ustedes lo mismo” (Col 3, 12-13) . La bondad permite experimentar la afectuosidad del amor y de la persona. Mediante el afecto, invita a otro a sentirse recibido, amado, bien tratado. Uno mismo se siente más bueno cuando trata “buenamente” a los demás.

La paciencia y el servicio: “Yo, que estoy preso por el Señor, los exhorto a comportarse de una manera digna de la vocación que han recibido…con mucha humildad, mansedumbre y paciencia, sosténganse mutuamente por amor. Traten de conservar la unidad del espíritu con el vínculo de la paz…” (Ef 4, 1-3) La paciencia le permite al amor sostener al otro. Ser el soporte del otro. La paciencia es necesaria para mantener la unidad de los vínculos. Ser paciente es saber esperar con paz y sin agredir el triunfo del amor ante las dificultades de la vida o de los vínculos con las personas. Y la paciencia es también la virtud del servidor, está vinculada con la servicialidad, que supone estar a los pies de los demás. A los pies de sus necesidades, de sus triunfos y de sus caídas, de sus grandes alegrías y de sus dolores más hondos. A ejemplo de Jesús.

Algunos ejemplos tomados del evangelio, que nos muestran a un Jesús que sabe relacionarse, que es un hombre lleno de vínculos amorosos, sanos, libres y profundos. Mirándolo a Él, miremos los nuestros…dejemos que él sea espejo y modelo:

Marta y María, trabajo y oración
Lucas nos cuenta aquel ligero descanso de Jesús en casa de los aquellos hermanos. No nos narran los evangelistas como surgió esa amistad, pero el clima que se describe es afable, los lazos de amistad debían llevar un cierto tiempo. Todos actúan con naturalidad. No se percibe ni el nerviosismo previsible en las visitas de algún personaje importante, ni la curiosidad o el recelo ante el desconocido, menos aún la frialdad ante la presencia de alguien que se considera inoportuno. Marta y María actúan y se mueven con sencillez.

Lázaro de Betania
Si antes de la resurrección podían designar a Lázaro como el que ama Jesús. ¿Qué dirán después? Lázaro querría a Jesús y creería en Él más aún que antes. Sentiría una mezcla armoniosa de amistad y respeto muy sobrenatural y muy humana. Gran respeto porque le había hecho atravesar la puerta de la muerte volviendo a la vida, gran amistad porque le consta que lloró por él. Conocería con mayor profundidad y clara experiencia el amor de Jesús: "me quiere como Dios y como Hombre". "Es mi Amigo Todopoderoso". La amistad entre los dos alcanza un nivel difícil de explicar, pues es agradecimiento, querer corresponder, fe total, adoración en el sentido más estricto. Le quiere a Jesús como lo que es, como Dios y como Hombre. Y se siente querido, experimentando el amor divino capaz de resucitar y el amor humano captado por todos cuando decían: mirad como le amaba.

Los dos en Emaús recuperan la esperanza
La Pasión de Jesús conmocionó enormemente a sus discípulos. Oyen las palabras de Jesús, pero no acaban de creérselas. Su fe era poco sobrenatural. Los de Emaús son una muestra muy clara del estado de ánimo de la mayoría el día de la resurrección. Han perdido la esperanza y se vuelven a sus casas, porque su fe era insuficiente. Están tristes, como desencantados. Jesús actúa con gran sabiduría. No se manifiesta deslumbrante con su cuerpo glorioso, sino que quiere conseguir su recuperación poco a poco. No habla Jesús con reproches sino con el gozo íntimo de la victoria consumada. Jesús los entusiasma, aunque al principio estuviesen fríos y reticentes; poco a poco se iría elevando la temperatura espiritual y la luz se iría haciendo en sus mentes mientras volvía el fuego a sus corazones. Al hilo de la conversación llegaron a Emaús por la bien preparada calzada romana, es entonces cuando Jesús tiene un detalle pequeño, pero muy revelador de como Nuestro Dios respeta la libertad del hombre. Ellos están a gusto con el desconocido y quieren más saben estar a la altura de las circunstancias, pues le dicen a Jesús: Quédate con nosotros. Se termina el trayecto al encontrar la aldea, y aquellos dos que -sin darse cuenta- han sido heridos en lo hondo de su corazón por la palabra y el amor de Dios hecho hombre, sienten que se vaya.

Examen de la oración: Después de haber rezado, volvé la mirada sobre los movimientos interiores que has tenido. ¿cuáles fueron? ¿qué ha prevalecido?¿qué pensamientos y sentimientos te han traído paz, alegría, ánimo, deseos de mejorar tus vínculos? Y por el contrario, ¿cuáles te han dejado inquietud, turbación, tristeza?

La Historia del Amor en mi vida (Oración)

Historia del Amor de Dios en Mi Vida

Dios está siempre en mi vida, yo soy el que no se da cuenta...

Es la “ historia del amor a mí mismo en mi vida...” tratando de encontrar a Dios y en definitiva a quien realmente somos...

“Dios crea al hombre a su imagen y semejanza” Génesis 1, 27-28

Imagen / Dinámica:
· Ver al tiempo en forma de círculo: con momentos muy cercanos a Jesús y con momento muy alejados.
· Cuando estamos muy alejados quiénes son esas manijas o personas que nos ayudan llegar a Él nuevamente.
· Cuando estamos muy cerca de Jesús probablemente nos tentemos a quedarnos ahí, pero sin darnos cuenta volvemos a caer.

Lecturas:
1. Los Discípulos de Emaus (Lc 24, 13-32) :
Aquél mismo día, dos de los discípulos se dirigían a un pueblo llamado Emaus, a unos once kilómetros de Jerusalén. Iban hablando de todo lo que había pasado. Mientras conversaban y discutían Jesús mismo se acercó y comenzó a caminar con ellos. Pero aunque lo veían, algo les impedía darse cuenta de quién era. Jesús les pregunto:
- ¿De que van hablando ustedes por el camina?
Se detuvieron tristes, y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, contestó:
- ¿Eres tú el único que ha estado alojado en Jerusalén y que no sabe lo que ha pasado allí en estos días?
Él les preguntó:
- ¿ Qué ha pasado?
Le dijeron:
- Lo de Jesús de Nazaret, que era un profeta poderoso en hechos y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo; y como los jefes de los sacerdotes y nuestras autoridades lo entregaron para que lo condenaran a muerte y lo crucificaran. Nosotros teníamos la esperanza de que él sería el que había de libertar a la nación de Israel. Pero ya hace tres días que paso todo eso. Aunque algunas de las mujeres que están con nosotros nos han asustado, pues fueron de madrugada al sepulcro, y como no encontraron el cuerpo, volvieron a casa. Y cuentan que unos ángeles se les han aparecido y les han dicho que Jesús vive. Algunos de nuestros compañeros fueron después al sepulcro y lo encontraron tal como las mujeres habían dicho, pero a Jesús no lo vieron.
Entonces Jesús les dijo:
- ¡ Qué faltos de comprensión son ustedes y qué lentos para creer todo lo que dijeron los profetas! ¿Acaso no tenía que sufrir el Mesías estas cosas antes de ser glorificado?
Luego se puso a explicarles todos los pasajes de las Escrituras que hablaban de él, comenzando por los libros de Moisés y siguiendo por todos los libros de los profetas.
Al llegar al pueblo adonde se dirigían, Jesús hizo como que iba a seguir adelante. Pero ellos lo obligaron a quedarse, diciendo:
- Quédate con nosotros, porque ya es tarde. Se esta haciendo de noche.
Jesús entro, pues, para quedarse con ellos. Cuando ya estaban sentados a la mesa, tomo en sus manos el pan, y habiendo dado gracias a Dios, lo partió y se lo dio. En ese momento se les abrieron los ojos y reconocieron a Jesús; pero el desapareció. Y se dijeron el uno al otro:
- ¿No es verdad que el corazón nos ardía en el pecho cuando nos venía hablando por el camino y nos explicaba las escrituras?


Puntos:
Un Jesús que se acerca y no sabemos con qué rostro.
Un Jesús que pregunta, e increpa...
Una apertura a lo desconocido, a rostros nuevos...
Un Jesús que se revela y desaparece...
Reflexión, “ nos es verdad que corazón nos ardía en el pecho...”

2. La Parábola del Sembrador (Lc 8, 4-15)
Muchos salieron de los pueblos para ver a Jesús, de manera que se reunió mucha gente. Entonces les contó esta parábola: “un sembrador salió a sembrar su semilla. Y al sembrar, una parte de la semilla cayó en el camino, y fue pisoteada, y las aves se la comieron. Otra parte cayó entre las piedras; y cuando esa semilla brotó, se secó por falta de humedad. Otra parte de la semilla cayó entre espinas y al nacer juntamente, los espinos la ahogaron. Pero otra parte cayó en buena tierra; y creció, y dio una buena cosecha, hasta de cien granos por semilla.”
Esto dijo Jesús, y añadió con voz muy fuerte: “¡los que tienen oídos, oigan!”
Los discípulos le preguntaron a Jesús qué quería decir aquella parábola. Les dijo: “ A ustedes Dios les da a conocer los secretos de su reino; pero a los otros les habló por medio de parábolas, para que por más que miren no vean, y por más que oigan no entiendan”.
“Esto es lo que quiere decir la parábola: la semilla representa el mensaje de Dios; y la parte que cayó por el camino representa a los que oyen el mensaje, pero viene el diablo y se lo quita del corazón, para que no crean y se salven. La semilla que cayo entre las piedras representa a los que oyen el mensaje y lo reciben con gusto, pero no tienen suficiente raíz; creen por algún tiempo, pero a la hora de la prueba fallan. La semilla que cayo entre espinos representan a los que escuchan, pero poco a poco se dejan ahogar por las preocupaciones, las riquezas y los placeres, de modo que no llegan a dar fruto. Pero la semilla que cayó en buena tierra, son las personas que con corazón bueno y dispuesto escuchan y hacen caso del mensaje y, permaneciendo firmes, dan una buena cosecha.

Puntos:
1. Ver las semillas como las personas que se nos cruzan en la vida...
2. Y el dónde “caen”, es como el lugar, el contexto, la situación, el momento que estamos viviendo con nosotros mismos, es decir el cómo estamos. Y las personas puede caer en:
· En el camino...duros, rígidos, las aves se las comen,...el diablo nos la quita...
· Entre piedras...quizás la relación crece pero por tener poca profundidad se muere...
· Entre espinas...crecen pero poco a poco se empiezan ahogar...por preocupaciones, miedos, compulsiones, valores culturares...
· En tierra fértil, esas relaciones maduras, armónicas, simétricas,...

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Repaso de los pasos para Ejercicios Espirituales:

1. Ponerme en la presencia de Dios...

2. Petición: Le voy a pedir algo especial, que reconozca y sienta a Dios que ha actuando a lo largo de toda mi historia.

3.Oración : composición de lugar, revivo la experiencia...

4. Dialogo con Dios...

5. Examen de la oración ...

Estados afectivos (Formación)

Estados afectivos

Los estados de ánimo son parte de nuestra emocionalidad, pero a estos no los podemos relacionar con acontecimientos determinados, como ocurre en el caso de las emociones y sentimientos.
El estado de ánimo:
- vive en el trasfondo desde el cual actuamos
- está asociado a un espacio de posibilidades y acciones posibles
- condiciona nuestras acciones
Los seres humanos siempre estamos en algún estado de ánimo que no elegimos ni controlamos, simplemente nos encontramos en él. Por lo tanto, no podemos decir que estamos en un estado de ánimo, sino también que el estado de ánimo nos tiene a nosotros. Nos convertimos en nuestro estado de ánimo.
Cuando las emociones o sentimientos no desembocan en la acción, sino en pensamientos negativos generan emociones estancadas y estas, a su vez, pensamientos estancados, que, a su vez, potencian las emociones estancadas; este ciclo desemboca en un estado de ánimo negativo. Los estados de ánimo negativos más frecuente son:
a) Tristeza: depresión, melancolía, resignación, pesimismo.
b) Miedo: ansiedad, angustia, fobia.
c) Enfado: resentimiento, rencor, envidia.
d) Culpa: vergüenza, remordimiento, timidez, venganza.
e) Deseo: obsesión, codicia.
f) Aburrimiento: desinterés, apatía.
Nosotros podemos hacer algo con nuestro estado de ánimo y lo hacemos cuando cambiamos nuestra mirada y así abrimos a nuevas posibilidades de acción que normalmente permanecen escondidas.

El pensamiento es aquella actividad y creación de la mente que es traído a la existencia por medio del intelecto.
· Pensar: Son imágenes que tienen todos los seres humanos desde su concepción, proceso psicológico racional, subjetivo e interno de conocer, comprender, juzgar y razonar los objetivos y hechos. El pensar produce el pensamiento.
· Pensamiento: Fenómeno psicológico racional, objetivo y externo derivado del pensar para la solución de problemas.
· Lenguaje: Es la función de expresión del pensamiento en forma oral y escrita para la comunicación y el entendimiento de los seres humanos; nos plantea dos definiciones de pensamiento, una de las cuales se relaciona directamente con la resolución de problemas.
Diferencia que existe entre los sentimientos y los pensamientos serían:
Sentimientos
Pensamientos
Son subjetivos, personales y originales
Son racionales
No son la realidad, sino el “eco” de la realidad en mí, mi manera de percibirla o mi reacción frente a ella.
Intentan explicar la realidad; no se confunden con ella.
Son la principal fuente de información sobre mí y sobre las resonancias que la realidad despierta en mí.
La veracidad de un pensamiento la encuentro en función de su proximidad o no a la realidad.
Frente a ello es necesaria una actitud de escucha perceptiva y abierta. No discutible: p.e. podré no estar de acuerdo con tu ira, pero no podré discutir el hecho de que tú la sientas.
Son también educables; tenemos la posibilidad de sistematizarlos según una disciplina, p.e.: lógica, matemática etc.
Es necesario manifestarlos, aceptarlos en el campo racional y evitar reprimirlos.
Puedo mantenerlos y alimentarlos o no.
No son universales, es decir, no los experimentamos todos de la misma manera e intensidad frente a los mismos estímulos.

No son verdaderos ni falsos, sino que los acepto o no como válidos para mí en referencia a mis opciones vitales básicas.

Son educables en buena medida, aunque no todos.

Canalizarlos no es ignorarlos, no es reprimirlos.

Con algunos sentimientos debo “convivir” aunque no me agraden; de ahí la necesidad de aceptarlos como míos.

El enojo es un remanente de energía destinado a aumentar los recursos para resolver el problema que nos produce enojo. El enojo es causado por situaciones frustrantes, por amenazas y por aquellos obstáculos que impiden la ejecución de un deseo. El enojo no es un fin en sí mismo, sino que es un medio para resolver un problema. En caso de convertirse en fin se termina hiriendo al otro. Tanto el enojo, como la ira y el miedo son emociones de distintas intensidades. Un enojo no debería llevar a la agresión del otro sino a la utilización de esa energía para resolver el problema causante.
La culpa nos hace vernos como inmerecedores, crueles y llenos de remordimiento, de reproche y de odio con nosotros mismos.
La culpa es el resultado de reprimir tanto tiempo un enojo, que se vuelve contra nosotros.
Las personas que se sienten culpables castigan a otros simplemente con su sola presencia. Ellas carecen de alegría. No se consideran dignas de aceptar lo que le ofrecen otros y por ello no se sienten colmados ni capaces de dar a su vez.
Cuando la persona dice “me siento culpable por lo que hice” está nombrando su realidad psicológica, pero sólo una parte, puesto que la otra parte que le falta para completar su realidad psicológica es la voz interior culpadora, que es lo que hace que uno se sienta culpable. Como vemos, dentro de cada uno existe un culpador y un culpado.
Cada persona está regida por un conjunto de pautas que regulan su funcionamiento; sea cual sea el contenido del código de normas morales que cada uno tiene, se establece un sistema que garantiza su cumplimiento. El culpador es el guardián del código, y cada vez que transgredimos alguna pauta del código se activa una señal que el código ha sido transgredido.
El propósito esencial del culpador no es torturar al culpado sino lograr que actúe de acuerdo con las pautas del código interior que lo rige. Las formas con que el culpador informa al culpado resultan a veces funcionales para la persona y otras veces disfuncionales. Las formas disfuncionales son aquellas que descalifican a la persona y la castigan con pensamientos negativos que acrecientan su sufrimiento. El culpador descalifica y castiga al culpado por ignorancia emocional en el modo de expresar los desacuerdos.

En síntesis podemos decir que los componentes básicos de una culpa disfuncional son:
a) la cristalización del código que no se deja modificar por las nuevas circunstancias;
b) la descalificación del culpado;
c) el castigo al culpado cada vez que transgredió.

El miedo es un sentimiento que perturba y angustia el ánimo de la persona debido a un riesgo o un mal que la amenaza. Es una emoción primaria y fundamental que está presente desde que el hombre nace. El miedo trae consigo ciertos cambios físicos en la respiración, en el funcionamiento del corazón, etc. El temor es menos reflexivo que el miedo. El objeto del miedo es concreto y determinado, cosa que no pasa con la angustia.
El hombre responde cuando se enfrenta con una amenaza que pone en peligro su vida reaccionando con miedo o con ansiedad. Primero la persona empieza a sentir angustia cuando percibe que la amenaza no es definida, mientras que se experimenta miedo cuando se percibe un peligro bien concreto.
La ansiedad y el miedo causan otros síntomas psíquicos o mentales como el hecho de sentirnos indefensos, nos confunden, nos tornan aprehensivos o se nos presentan pensamientos negativos.
La angustia: se la define como un sentimiento de aflicción o congoja, cuando se debate el deseo por conseguir y la aversión. Es una manifestación de la imposibilidad de ponernos en relación con el mundo
La envidia es una reacción de dolor y de enojo que intenta destruir lo que el otro tiene cuando percibimos que ese otro ha alcanzado algo que deseamos y que uno no lo ha logrado.
Actualmente, se piensa que este estado afectivo tiene por objeto eliminar un contraste percibido por el que envidia y es causante de dolor o sufrimiento.
Las condiciones que generan envidia son: a) cuando se experimentan ciertas necesidades o deseos y se percibe a alguien que ha realizado alguno de esos deseos; b) cuando se cree que no se dispone ni se va a disponer de los recursos necesarios para lograr realizarlos; c) cuando no se cuenta con una cuota suficiente de deseos satisfechos y disfrutados como para equilibrar el dolor que producen los deseos no realizados.
La diferencia que existe entre la admiración y la situación de envidia es la siguiente: uno admira cuando el contraste percibido no es doloroso, porque el modelo que se ofrece funciona como un estímulo para que la persona se acerque a lo que no se tiene o se desea, es decir que la admiración es estimulante. Uno envidia cuando el contraste que produce lo que no se tiene y se desea es doloroso, puesto que esto acerca a la persona a su carencia y a lo que no es o le falta; en fin, la envidia no propone ningún camino para poder transformar o canalizar esa carencia en otra situación no dolorosa.

Dialogo de Jesús con la Samaritana (Oración)

DIÁLOGO CON PERSONAS

PREPARACIÓN
Busco un lugar donde pueda rezar en paz. Busco una posición corporal cómoda y relajada. Me tranquilizo, dejo serenar mi mente, interrumpo el proceso de pensar, me haga presente a mí mismo.

Primer Momento: PRESENCIA DE DIOS
Me pongo en presencia de Dios. Siento que DIOS me mira, me escucha, me conoce… me pongo en su presencia tal cual soy. Sin máscaras.

PETICIÓN
La petición será como la de la samaritana: ¡Señor, dame esa agua: así no tendré más sed!

Segundo Momento: ESCUCHO AL SEÑOR
Juan 4, 1-42: Diálogo de Jesús con la samaritana
Dos alternativas:
a) Leo el texto de evangelio lentamente. Me detengo donde encuentro gusto o donde encuentro algo que me inquieta.
b) Rezo con el texto del “Dame de Beber” (Jesús) al “Dame de esa agua” (Samaritana)

Composición viendo el lugar: nos adentramos en el pasaje…
El relato de Juan nos presenta a Jesús, quien cansado y sediento, se dirige al pozo de Jacob, cerca del Monte de Garizim y del Pueblo de Sicar, adonde llega también una mujer samaritana a la que pide que le dé de beber.
Al pedirle agua a la samaritana, Jesús le expresa que necesita ayuda, que depende de ella para solucionar una de sus necesidades básicas. Es Jesús quien ha iniciado la conversación colocándose en una posición inofensiva, por lo cual, la mujer no tiene por qué sentirse amenazada. Jesús apela a sus sentimientos de misericordia. Será la mujer misma la que le pide “Señor, dame de esa agua, para que no tenga más sed y no necesite venir hasta aquí a sacarla” (v.15). Es la mujer quien descubre que depende de Jesús para solucionar su necesidad básica y más profunda, una sed que tiene una causa más honda y que esta relacionada con el sentido de su existencia.
A partir de la simple petición de un vaso de agua, Jesús entabla una conversación que lleva a la mujer a que descubra que definitivamente Él tiene para ella y para la humanidad un don incomparablemente mejor.
La mujer le recuerda quien es cada uno (tu eres judío y yo una samaritana), y las barreras que hay entre los dos (v.9. Hoy, en nuestra conversión diaria pueden existir barreras que nos impiden dialogar con Jesús y nuestros hermanos.

Tercer Momento: COLOQUIO
Les propongo hacer una revisión de nuestra vida, a la luz de este texto, para tocar con las manos, con honestidad y valor, las faltas de coherencia, las faltas de fidelidad a Dios, y su búsqueda de seguridad aun a costa de perder identidad y relevancia, como la sal que ha perdido su sabor y no sirve sino para ser echada fuera y pisada. Para ello, tal vez no puede ayudar las siguientes preguntar:
- ¿cuáles son los nombres, los rostros de los sucesivos “maridos” con lo que he perdido el gozo, el encanto, la pasión?
- ¿dónde he tratado de apagar su sed? ¿A cuales aguas?

Cuarto Momento: EXAMEN DE LA ORACION
Trato de descubrir lo que pasó en el momento de la oración… Hacer examen, luego de la oración, es escuchar para aprender…. Escuchar lo que ocurre en mi interior, porque allí habla Dios.
Aprendemos a tomar distancia de los sentimientos, deseos, inclinaciones, para descubrir hacía donde nos llevan. Esto se llama DISCERNIR…



El encuentro de Jesús con la samaritana (Juan 4.1-41)

1 Cuando Jesús se enteró de que los fariseos habían oído decir que él tenía más discípulos y bautizaba más que Juan 2 –en realidad él no bautizaba, sino sus discípulos 3 dejó la Judea y volvió a Galilea. 4 Para eso tenía que atravesar Samaría.
5 Llegó a una ciudad de Samaría llamada Sicar, cerca de las tierras que Jacob había dado a su hijo José. 6 Allí se encuentra el pozo de Jacob. Jesús, fatigado del camino, se había sentado junto al pozo. Era la hora del mediodía. 7 Una mujer de Samaría fue a sacar agua, y Jesús le dijo: «Dame de beber». 8 Sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar alimentos. 9 La samaritana le respondió: «¡Cómo! ¿Tú, que eres judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?». Los judíos, en efecto, no se trataban con los samaritanos. 10 Jesús le respondió:
«Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice: “Dame de beber”, tú misma se lo hubieras pedido, y él te habría dado agua viva».
11 «Señor, le dijo ella, no tienes nada para sacar el agua y el pozo es profundo. ¿De dónde sacas esa agua viva? 12 ¿Eres acaso más grande que nuestro padre Jacob, que nos ha dado este pozo, donde él bebió, lo mismo que sus hijos y sus animales?». 13 Jesús le respondió:
«El que beba de esta agua tendrá nuevamente sed, 14 pero el que beba del agua que yo le daré, nunca más volverá a tener sed. El agua que yo le daré se convertirá en él en manantial que brotará hasta la Vida eterna».
15 «Señor, le dijo la mujer, dame de esa agua para que no tenga más sed y no necesite venir hasta aquí a sacarla». 16 Jesús le respondió: «Ve, llama a tu marido y vuelve aquí». 17 La mujer respondió: «No tengo marido». Jesús continuó: «Tienes razón al decir que no tienes marido, 18 porque has tenido cinco y el que ahora tienes no es tu marido; en eso has dicho la verdad». 19 La mujer le dijo: «Señor, veo que eres un profeta. 20 Nuestros padres adoraron en esta montaña, y ustedes dicen que es en Jerusalén donde se debe adorar». 21 Jesús le respondió:
«Créeme, mujer, llega la hora en que ni en esta montaña ni en Jerusalén se adorará al Padre. 22 Ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos.
23 Pero la hora se acerca, y ya ha llegado, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque esos son los adoradores que quiere el Padre. 24 Dios es espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad».
25 La mujer le dijo: «Yo sé que el Mesías, llamado Cristo, debe venir. Cuando él venga, nos anunciará todo». 26 Jesús le respondió: «Soy yo, el que habla contigo». 27 En ese momento llegaron sus discípulos y quedaron sorprendidos al verlo hablar con una mujer. Sin embargo, ninguno le preguntó: «¿Qué quieres de ella?» o «¿Por qué hablas con ella?». 28 La mujer, dejando allí su cántaro, corrió a la ciudad y dijo a la gente: 29 «Vengan a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que hice. ¿No será el Mesías?». 30 Salieron entonces de la ciudad y fueron a su encuentro.
31 Mientras tanto, los discípulos le insistían a Jesús, diciendo: «Come, Maestro». 32 Pero él les dijo: «Yo tengo para comer un alimento que ustedes no conocen». 33 Los discípulos se preguntaban entre sí: «¿Alguien le habrá traído de comer?». 34 Jesús les respondió:
«Mi comida es hacer la voluntad de aquel que me envió y llevar a cabo su obra. 35 Ustedes dicen que aún faltan cuatro meses para la cosecha. Pero yo les digo: Levanten los ojos y miren los campos: ya están madurando para la siega.
36 Ya el segador recibe su salario y recoge el grano para la Vida eterna; así el que siembra y el que cosecha comparten una misma alegría. 37 Porque en esto se cumple el proverbio: “Uno siembra y otro cosecha”. 38 Yo los envié a cosechar adonde ustedes no han trabajado; otros han trabajado, y ustedes recogen el fruto de sus esfuerzos».
39 Muchos samaritanos de esa ciudad habían creído en él por la palabra de la mujer, que atestiguaba: «Me ha dicho todo lo que hice». 40 Por eso, cuando los samaritanos se acercaron a Jesús, le rogaban que se quedara con ellos, y él permaneció allí dos días. 41 Muchos más creyeron en él, a causa de su palabra. 42 Y decían a la mujer: «Ya no creemos por lo que tú has dicho; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es verdaderamente el Salvador del mundo».

DIALOGO CON PERSONAS: del “Dame de Beber” (Jesús) al “Dame de esa agua” (Samaritana) – Juan 4, 1-42:

El relato de Juan nos presenta a Jesús, quien cansado y sediento, se dirige al pozo de Jacob, cerca del Monte de Garizim y del Pueblo de Sicar, adonde llega también una mujer samaritana a la que pide que le dé de beber.
Al pedirle agua a la samaritana, Jesús le expresa que necesita ayuda, que depende de ella para solucionar una de sus necesidades básicas. Es Jesús quien ha iniciado la conversación colocándose en una posición inofensiva, por lo cual, la mujer no tiene por qué sentirse amenazada. Jesús apela a sus sentimientos de misericordia. Será la mujer misma la que le pide “Señor, dame de esa agua, para que no tenga más sed y no necesite venir hasta aquí a sacarla” (v.15). Es la mujer quien descubre que depende de Jesús para solucionar su necesidad básica y más profunda, una sed que tiene una causa más honda y que esta relacionada con el sentido de su existencia.
A partir de la simple petición de un vaso de agua, Jesús entabla una conversación que lleva a la mujer a que descubra que definitivamente Él tiene para ella y para la humanidad un don incomparablemente mejor.
La mujer le recuerda quien es cada uno (tú eres judío y yo una samaritana), y las barreras que hay entre los dos (v.9). Hoy, en nuestra conversión diaria pueden existir barreras que nos impiden dialogar con Jesús y nuestros hermanos.
La mujer ironiza con el cántaro que supuestamente debería tener Jesús para sacar el “agua viva”. ¡No tienes cántaro con qué sacar el agua y el pozo es hondo (…) ¿dónde tienes esa agua viva?. Si Jesús no tiene o no necesita un cántaro, entonces ¿su fuente de agua viva está a flor de tierra? ¿O va Jesús, a cavar un pozo nuevo que supere en abundancia el pozo de Jacob?. La samaritana se ha burlado de Jesús. (vv. 11-12). Hoy, la cultura actual se burla también de los valores del evangelio y nos presenta valores falsos que fascinan y espejismos que deslumbran: dinero, poder, sexo, fama, prestigio, etc.

La sed y el agua de los hombres
La mujer viene al pozo todos los días, buena parte de su vida la emplea en este trayecto: de su caza al pozo y del pozo a su casa. La ida al pozo representa un círculo vicioso al que esta obligada de por vida: siempre tendremos necesidad del agua, porque por más que bebamos siempre tendremos sed. Por mas que queramos no podemos apagar la sed de una vez por todas, asegurándonos así la vida. Debemos beber siempre de nuevo: Jesús así lo dice: “Todo el que beba de esta agua, volverá a tener sed” (v.13). Aún la mejor agua del mundo no hará más que mantenernos vivos en cuanto dura esta vida terrena. Sobre esta base, Jesús nos lanza su propuesta de dar un “Agua Viva”. La reacción final de la mujer demuestra que ésta finalmente quedó desarmada en sus objeciones y quedó antojada del aquel don que Jesús le promete. Por eso la mujer le dice: “Señor, dame de esa agua, para que no tenga mas sed y no tenga que venir aquí a sacarla” (v.15).

El “Agua Viva” y el “Don” de Jesús
Ahora podemos comprender junto con la samaritana a dónde está queriendo llegar Jesús. Él afirma que tiene algo distinto para dar: la vida en plenitud. Jesús llama a su don “agua viva”. Entendemos que no se trata de un agua que dé la vida, sino que es Agua Viva. Esa agua es como una fuente que mana con tal fuerza, que puede apagar la sed de una vez por todas y dar la vida eterna: “El que beba de esta agua que yo le dé, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le dé se convertirá en él fuente de agua que mana para dar vida eterna”(v.14).

La enseñanza de Jesús es clara: así como para la vida terrena dependemos del agua natural, así para la vida eterna dependemos del don de Dios. Pero para poder recibir este don de Dios hay dos condiciones. Primera condición: entender lo que verdaderamente es este don: “Si conocieras el don de Dios” (v.10). Segunda condición: reconocer la identidad profunda de Jesús: “Si conocieras QUIEN ES el que te dice…”. En don de Dios viene del encuentro con Jesús. Y en ese encuentro ¿Qué es lo que Jesús tiene para ofrecerme?

Una vez que la samaritana suplica el don del Agua Viva, Jesús, mediante un aparente cambio de tema, le da una nueva dirección a la conversión. El tema ya no es le agua sino la mujer misma. Esta es la manera concreta como, después de haberla antojado del agua viva, Jesús comienza a darle de beber.
¿Cómo lo hace? – Jesús le demuestra que la conoce. Este conocimiento va en dos direcciones. Jesús revela la verdad de su vida. Esto impresiona a la mujer y lleva a descubrir la identidad de Jesús.

Jesús le revela la verdad de su vida
La mujer ya ha dicho que no quiere seguir en el círculo vicioso de idas y venidas del pozo. Sin embargo, Jesús la pone hacer un nuevo viaje de ida y venida, sólo que esta vez el itinerario es al contrario, el destino es su casa: “Ve, llama a tu marido y vuelve aquí” (v.16). La respuesta es breve: “no tengo marido” (v.17). Jesús le responde ampliando la información y demostrándole que él lo sabe todo: “Has tenido cinco marido y el que ahora tienes no es marido tuyo” (v.18). Al mismo tiempo reconoce la sinceridad de la mujer. De esta manera Jesús le muestra que la ida diaria al pozo es lo de menos en su vida… Jesús le muestra que ella tiene una vida de mucha soledad, muy agitada y difícil… su verdadera sed es la del autentico y verdadero amor.
La mujer no está bien, ella misma lo reconoce: “no tengo marido”. Queda todavía por saber cómo va a reaccionar.

La mujer descubre la identidad de Jesús
Nuestro relato no está interesado en las cuestiones morales de la mujer sino en el hecho de que Jesús conoce bastante bien su realidad. La mujer queda profundamente impresionada, como ella misma dirá más adelante, este es justamente el momento que quedará en su memoria de todo el encuentro: “Vengan a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho” (v.29).
La misma mujer que se burló de él cuando le dirigió la palabra, que le lanzó una ironía cuando le habló del agua viva, es la misma que ahora se admiro de Él (v.19). Ella ya venía sintiendo que se encontraba delante de alguien especial. Dado que Jesús conoce bien cómo esta su vida privada y todo lo que ha hecho, la mujer comienza también a saber quién es Él y lo llama “Profeta” (v.19). Ya no es “el Judío”, ahora es el “Profeta” aquel que ve su vida con la mirada de Dios y la interpreta.



La fe de la samaritana
La mujer a dejado el cántaro y “corre a la ciudad” y le “anuncia a la gente”. La samaritana se convierte en apóstol que va a tocar las puertas de las casas de Sicar para predicarles lo vivido. El comportamiento de la mujer no es nuevo en el Evangelio, ella imita a los primeros discípulos que comparten con otros lo que han encontrado: “Hemos visto al Mesías” y de esa manera los atraen hacia Jesús. También la samaritana lleva a los otros a creer.
El texto también subraya, el éxito de la misión de la mujer: “Salieron de la ciudad e iban a su encuentro”. Lo que empezó como una simple conversación privada, da por resultado, que todo el pueblo, a pleno mediodía, corra hacía el Jesús “Agua Viva”.

CÓMO CRECER EN LA COMUNICACIÓN

http://www.ceia.org.ar/prog_encuentros.htm



CÓMO CRECER EN LA COMUNICACIÓN
Algunas puntualizaciones desde la espiritualidad

Intentaré tomar los bloques –tal como los veo yo– que la Hna. Inés trató con ustedes el martes 12 pasado, y cuyo material también han recibido por mail, para desde allí hacer algunas puntualizaciones.

VOCACIÓN A COMUNICARNOS
Comunicación es siempre, en algún sentido, comunicación con uno mismo. Hablo lo que reflejo y quiero ver reflejado. Estoy pidiendo algo cada vez que me expreso. Digamos que hablamos como emisores a un receptor en cuanto me va a devolver (reflejar) algo.

Por eso, creo que la secuencia es entre CUERPO – LENGUAJE (palabra de la madre) – METALENGUAJE – POSIBILIDAD DE COMUN/ACCIÓN (contenido y relación). Esta secuencia es así porque es un proceso a desarrollar o, como dice el subtítulo, una vocación.


EL LENGUAJE Y EL MISTERIO DE LA VIDA
“La vida merece ser contada” se refería en la anterior charla, citando a Paul Ricoeur; nosotros podríamos agregar, parafraseando a Heidegger, que también merece ser develada.

Pero en los múltiples usos del lenguaje, se cuelan nuestras búsquedas, o más bien nuestro retaceo a la búsqueda de la verdad. ¿Queremos decir lo que sentimos, lo que pensamos? ¿Queremos saber realmente lo que piensa y siente el otro?

Por eso es que también nos resulta tentador el discurso; el de los celulares, por ejemplo, el de lo objetivo de la ciencia o de nuestros saberes.

¿Toda comunicación tiene los mismos presupuestos y objetivos? ¿Qué significaría “charlemos o conversemos de esto”? ¿Es una propuesta que uno hace en cualquier contexto y a cualquiera?

Hay comunicaciones que plantean contundentemente cuestiones, y no son de tono dialogal en el sentido corriente de la palabra (cartas, documentos, proclamas, narraciones, etc.). Otras son formales o “formateadas” y logran perfectamente su objetivo (una negociación, una entrevista diplomática, una mediación judicial o un careo). ¿Nos interesa la comunicación íntima?

COMUNICACIÓN PLENA?
Una comunicación plena sólo la tiene la PALABRA que es el Verbo encarnado. Porque manifiesta lo que es en lo que hace y dice, y NO OTRA COSA QUE LO QUE ES. Los nuestros son intentos de balbuceo, son aperturas a un más allá que continua, siempre acompañada de contradicciones, desmentidas, autoengaños y contrarios.

San Gregorio de Nisa decía: “Siempre que nos sintamos impulsados a obrar, pensar o a hablar, debemos procurar que todas nuestras palabras, obras y pensamientos tiendan a conformarse con la norma divina del conocimiento de Cristo, de manera que no pensemos, digamos, ni hagamos cosa alguna que se aparte de esta regla suprema.”

Debemos despejar toda ilusión de certeza (de lo que me dice el otro por ejemplo), con más preguntas humildes que afirmaciones contundentes.

En esto y en lo que sigue, veo la orientación de los aportes de las “claves” de una comunicación plena y de los elementos emocionales o íntimos de la misma, que aparecen en los Anexos mandados por Inés.

Es la posibilidad del DIA–LOGOS, es decir de la circulación de querer uno y otro encontrar un logos o sentido o razón de ser, que estamos buscando. Exige un constante ejercicio de correrse del centro en un silencio implícito de escucha, para dejar que la verdad (logos) de cada uno se manifieste, que nos interfiera, que nos obligue a repensar y replantear hacia una apertura nueva.

La comunicación como problemática, nos plantea en realidad el desafío de la ESCUCHA (a los otros y a nosotros mismos, al absolutamente Otro), ligado en nuestra espiritualidad a la práctica del discernimiento.

Al respecto, sería interesante ver las distintas escuchas y coloquios (cómo es la postura y la actitud según a quién o quiénes van dirigidos: a los santos, a la Virgen, al Hijo, al Padre, al confesor, al acompañante, etc.) que propone San Ignacio en los Ejercicios.

P. Fernando Cervera, SJ.

TODOS LOS MARTES
DE 20 a 22 hs, en el C.E.I.A.
Encuentros Ignacianos es la propuesta que nació a partir del interés por continuar los "martes CEIA" en el 2006.
Un día semanal dedicado para encontrarnos, para ordenar nuestros afectos, y para buscar y hallar lo que Dios quiere de nosotros, juntos.
Lo hacemos de la mano de Ignacio, quien nos inspira con su modo especial de acercarnos a Dios. Desde el CEIA, queremos aumentar la riqueza de nuestra espiritualidad y poder aplicarla en la vida.