Martes de Oración: "Descubriendo un amigo en mi Hermano"

Hola a todos;
El martes pasado, 27 de mayo, tuvimos un momento de oración con puntos que nos ofreció Marcos Reynero para cerrar el tema del mes " ¿Soy acaso guardián de mi hermano?.

El texto con el que rezamos fue el encuentro de Jesús con Marta y María (Lucas 10, 38 – 42) el cual transcribimos a continuación:

"Mientras iban caminando, Jesús entró en un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa. Tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra. Marta, que estaba muy ocupada con los quehaceres de la casa, dijo a Jesús: "Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude". Pero el Señor le respondió: "Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas. Sin embargo, una sola es necesaria. María eligió la mejor parte, que no le será quitada".

Algunas cositas para nuestra oración

¿Cual es la “mejor parte” que eligió Maria?
Muchas veces estamos con nuestros hermanos y nos la pasamos charlando. Pero pocas veces estamos realmente de corazón con ellos. Es decir estar dispuestos a escuchar, sin prejuzgar, sin aconsejar… estando con ellos “aquí y ahora” sin pensar en lo que tengo que hacer o decir… simplemente estando.
Maria estuvo dispuesta a estar con Jesús.
Nuestros hermanos son las personas que más nos conocen. Ellos conocen nuestra historia, todos los triunfos y todos esos comportamientos que quizás no nos sentimos tan orgullosos. Pero sigue existiendo una aceptación incondicional, una alegría incondicional, por el solo echo de ser nuestra familia. Por eso cuando logramos comunicarnos con ellos nos sentimos tan felices.
Si bien muchas veces hablamos con nuestros hermanos, estar realmente con ellos, disponernos a compartir nuestro corazón no es una tarea simple.


Compartimos la letra de un tango escrita por Marcos, la cual a modo de poesía, nos invita a seguir meditando.

Tango : Charlando con otro Corazón

Cuando bailamos tango,
un abrazo nos contiene y nos invita a dialogar,
En un primer instante entramos en contacto con nuestra humanidad,
Y después de respirar, y sintiendo los corazones palpitar,
nos disponemos a bailar.

Los primeros pasos nos afirman, y nos dan la libertad,
La música nos va invitando a crear,
y disfrutar de nuestros cuerpos
simplemente caminando al mismo compás.

Pasa el tiempo y la música nos hace vibrar,
Olvidando las razones y disfrutando solamente el estar,
sin pensar en lo que vendrá, o lo que vivimos instantes atrás.
En ese momento se crea un nuevo lugar,
Un nuevo espacio donde el hombre y la mujer no se pueden diferenciar,
El hombre propone, sin forzar, y la mujer se expresa con única suavidad, completando ese compás que ni siquiera en un sueño pudieron imaginar.

La música continua,
El tiempo desaparece, cada nota es eterna,
Y cada respiración una invitación a comunicarse un poco mas,
Los cuerpos se funden, la música los une,
Y la mujer expresa toda su femeneidad,
El hombre toda su masculinidad,
Y en ese dar y tomar,
La armonía fluye y nos invita a disfrutar.

La música se acaba,
Las únicas palabras, las expresan las miradas,
Y una sonrisa termina completando la armonía,
Las razones comienzan a aflorar,
pero el Alma apurada simplemente agradece este hermoso dialogar,
y esta profunda paz, que perdura en los corazones que se animaron a charlar.


Marcos Reynero