Martes 9 de junio: Oración

“Corpus Christi”

· Preparativos para la Cena de Pascua.
· Dadas las gracias, se la dio y bebieron todos de ella.
· Esta es mi sangre de la Alianza.

Jesús se entrega gratuitamente, habiéndonos amado primero y a cambio de nada. Se entrega a TODOS. No pregunta quienes están limpios. Quienes pueden comulgar, porque es Él el que va a cambiar el corazón de los hombres.
Me pasaba de más chico, que creía que para comulgar tenía que estar limpio. Así se daba toda mi relación con Jesús. Como que para mirar a Jesús a los ojos y hablarle, tenía que estar “limpio”. Entonces la confesión era como una bañadera, en la que limpiaba todos aquellos aspectos para poder acercarme “limpio”.

Dios nos quiere tal cual somos y su deseo es que podamos acercarnos con toda nuestra realidad (virtudes y defectos), para que el pueda transformarnos. Es decir, que lo dejemos entrar en nuestro corazón, con los desórdenes, para que sabiéndonos amados tal cual somos, podamos ir cambiando y dejando a Jesús que Él nos transforme.

Jesús que es Dios, se hace hombre. Se hace chico. Se hace uno de nosotros. Toma todo lo humano. Es educado en una familia, crece con las costumbres de la época y predica y enseña en esa realidad, tomando ejemplos de su entorno.

Para anunciar este misterio, de hacerse presente y quedarse en el pan y el vino, en la comida pascual elige este momento, compartiendo la cena con sus amigos (composición de lugar) en confianza, anuncia que iba a morir por nuestros pecados, por amor, para redimirnos y que por este amor, iba a quedarse con nosotros, después de resucitar y ascender, en el pan y el vino. Siendo Dios, se quedará en un pedacito de pan y vino. Una muestra más de Amor. Eligió el pan y el vino, que son sustancias que usamos para compartir. Con la misma coherencia y simpleza de toda su vida, Jesús se revela a los humildes de corazón.

Jesús presente en la Eucaristía es una invitación para que hagamos el camino hacia Dios Padre, Por Cristo, Con Cristo y En Cristo y en la unidad del Espíritu Santo. Jesús desea caminar con nosotros, compartir cada detalle de nuestra vida, compadecer nuestras cargas y fatigas, nuestras heridas y nuestra vulnerabilidad, así como llenarse de alegría por nuestros logros y nuestro crecimiento.

Jesús nos ama! Y nos quiere Santos. Porque quiere lo mejor para nosotros. Aspira lo máximo, como un Padre espera lo mejor para sus hijos. Pero no nos pretende perfectos. Jesús quiere caminar con nosotros en este momento de conversión. Necesitamos sentirnos amados y por Él, tal cual somos.

Dios te acepta como eres:
Eres aceptado por Dios tal como eres y no como deberías ser (a eso no llegarás nunca). En tu historia hay muchas curvas, decisiones equivocadas que e llevaron al hoy. La escritura dice: “El lugar donde estás es tierra sagrada”.
“Un amigo es alguien que sabe de ti y no obstante te acepta” (San Agustín). Es el sueño que todos compartimos: encontrar a alguien que nos escuche, que nos entienda, oiga lo no dicho y luego nos acepte realmente. Dios es la realización de este sueño.


.: Preparación de la Oración

Recordemos los pasos que vimos en el Taller: busco un lugar donde pueda rezar, determino el tiempo de oración, también una postura corporal cómoda y relajada, me tranquilizo, tomo conciencia de las sensaciones, sonidos, la respiración, y del silencio…


.: Me pongo en la Presencia de Dios
Hago entonces un signo exterior, por ejemplo la señal de la cruz o una reverencia. Y rezo la Oración Preparatoria: “Pido a Dios nuestro Señor para que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de su divina majestad.”


.: Petición: La gracia de sentir ganas de comulgar seguido, para que no sea yo, sino Cristo que vive en mí, el que obre cada día. Que sea el cuerpo y la sangre de Cristo el que nos proteja del enemigo, el que nos proteja para la Vida Eterna.

.: Escucho a Dios: Leo el Evangelio, sintiendo y gustando lo que voy leyendo.

Mc 14, 12-16; 22-26

El primer día de los Azimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dicen sus discípulos: ¿Dónde quieres que vayamos a hacer los preparativos para que comas el cordero de Pascua? Entonces, envía a dos de sus discípulos y les dice: Id a la ciudad; os saldrá al encuentro un hombre llevando un cántaro de agua: seguidle y allí donde entre, decid al dueño de la casa: "El Maestro dice: ¿Dónde está mi sala, donde pueda comer la Pascua con mis discípulos?" Él os enseñará en el piso superior una sala grande, ya dispuesta y preparada; Haced allí los preparativos para nosotros. Los discípulos salieron, llegaron a la ciudad, lo encontraron tal como les había dicho y prepararon la cena de Pascua.
Y mientras estaban comiendo, tomó pan, lo bendijo, lo partió y se los dio y dijo “Tomad, este es mi cuerpo”. Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio y bebieron todos de ella. Y les dijo: Ésta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos. Yo os aseguro que ya no beberé del fruto de la vid hasta el día aquel en que lo beba nuevo en el Reino de Dios. Y después de cantar el salmo, salieron hacia el Monte de los Olivos.

.: Hablo con Jesús: Hablo con Él como con un amigo.
Terminamos dando Gracias a Dios por tantos bienes y tantos dones recibidos.
Podemos rezar el Gloria.

.: Examen de la Oración: tratar de descubrir lo que paso durante el tiempo de oración. Poner por escrito las gracias recibidas, los frutos alcanzados y también las luchas y tentaciones vividas, prestando especial atención a los momentos donde sentimos PAZ.