15 DE JUNIO DE 2010: MARTES DE ORACIÓN

"Jesús le dijo:"Simón, tengo algo que decirte" (Lc. 7,40)

.: Preparación de la Oración
busco un lugar donde pueda rezar, determino el tiempo de oración, también una postura corporal cómoda y relajada, me tranquilizo, tomo conciencia de las sensaciones, sonidos, la respiración, y del silencio…

.: Me pongo en la Presencia de Dios
Hago entonces un signo exterior, por ejemplo la señal de la cruz o una reverencia. Y rezo la Oración Preparatoria: “Pido a Dios nuestro Señor para que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de su divina majestad.”


.: Petición: “Señor que pueda entender tu Misericordia”.

.: Escucho a Dios: Lc 7,36-50

[36]Un fariseo lo invitó a comer. Jesús entró en casa del fariseo y se sentó a la mesa.[37]En esto, una mujer, pecadora pública, enterada de que estaba a la mesa en casa del fariseo, acudió con un frasco de perfume de mirra,[38]se colocó detrás, a sus pies, y llorando se puso a bañarle los pies en lágrimas y a secárselos con el cabello; le besaba los pies y se los ungía con la mirra.[39]Al verlo, el fariseo que lo había invitado, pensó: Si éste fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer lo está tocando: una pecadora.[40]Jesús tomó la palabra y le dijo: ---Simón, tengo algo que decirte. Contestó: ---Dilo, maestro.[41]Le dijo: ---Un acreedor tenía dos deudores: uno le debía quinientas monedas y otro cincuenta.[42]Como no podían pagar, les perdonó a los dos la deuda. ¿Quién de los dos le tendrá más afecto?[43] Contestó Simón: ---Supongo que aquél a quien más le perdonó. Le replicó: ---Has juzgado correctamente.[44]Y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: ---¿Ves esta mujer? Cuando entré en tu casa, no me diste agua para lavarme los pies; ella me los ha bañado en lágrimas y los ha secado con su cabello.[45]Tú no me diste el beso de saludo; desde que entré, ella no ha cesado de besarme los pies.[46]Tú no me ungiste la cabeza con perfume; ella me ha ungido los pies con mirra.[47]Por eso te digo que se le han perdonado numerosos pecados, ya que siente tanto afecto. Que al que se le perdona poco, poco afecto siente.[48]Y a ella le dijo: ---Tus pecados te son perdonados.[49]Los invitados empezaron a decirse entre sí: ---¿Quién es éste que hasta perdona pecados?[50]Él dijo a la mujer: ---Tu fe te ha salvado. Vete en paz.

Menos juicio y más servicio
A Veces da la sensación de que vivimos en un mundo de opiniones, donde se habla mucho pero se vive poco. Tener siempre una palabra, una interpretación, una propuesta, pero no tener nunca tiempo para hacer. Poder analizar fríamente las situaciones, describir y clasificar a las personas, interpretar los acontecimientos, pero no sumergirnos en ellos y dejar que nos involucren, nos toquen de verdad. Sí en este nuestro mundo sobran recetas y faltan cocineros. Sobran análisis y faltan manos. Sobran juicios y faltan consejos y abrazos.


«Al ver esto, el fariseo que lo había invitado se dijo: "Si este fuera profeta, sabría quién es esta mujer que lo está tocando y lo que es: una pecadora."» (Lc 7)

A veces se nos va la vida interpretando, etiquetando, opinando… Tenemos que tener una palabra para todo, una palabra definitiva, diferente, especial. Nos descubrimos calificando a las personas, con adjetivos. Nos ponemos a ser a la vez fiscal y juez, y a menudo sin necesitar pruebas. Describimos las situaciones, disertamos sobre nuestra sociedad y nos olvidamos de construir. No tenemos filtro para catalogar al personal. Y como es importante, para esta sociedad, tener cierta capacidad crítica, rápidamente colocamos a las personas calificativos: tibios, brillantes, frívolos, geniales, intensos, vagos, serenos o raros… y muchas veces hasta nos involucramos o nos colocamos nosotros mismos detrás de etiquetas.


¿Me involucro mucho en y con las etiquetas? ¿Me he dado tiempo de parar, pensar para darme cuenta de que el juicio de Dios está hecho de misericordia, y que siempre salva a la persona?

RECORDEMOS QUE: “no el mucho saber harta y satisface el alma
sino el sentir y gustar las cosas internamente”.

.: Hablo con Dios: Coloquio… Hablo con Jesús como con un amigo.

Terminamos dando Gracias a Dios por tantos bienes y tantos dones recibidos.
Podemos rezar un Padre Nuestro, un Gloria…..


.: Examen de la Oración: tratar de descubrir lo que paso durante el tiempo de oración. Poner por escrito las gracias recibidas, los frutos alcanzados y también las luchas y tentaciones vividas, prestando especial atención a los momentos donde sentimos PAZ.