Martes 27 de Octubre: Taller Ignaciano

GUÍA PARA LA ORACIÓN:
los pasos que te pueden ayudar para la oración, son:
Preparación de la Oración - Presencia de Dios - Escucho a Dios - Coloquio
Examen de la oración

.: Preparación de la Oración => busco un lugar donde pueda rezar, determino el tiempo de oración, también una postura corporal cómoda y relajada, me tranquilizo, tomo conciencia de las sensaciones, sonidos, la respiración y del Silencio.

.: Me dispongo a sentirme en la Presencia de Dios => le abro la puerta de mi corazón a Dios. Busco encontrar en mi interior la presencia del Señor y eso es lo único importante… Me presento ante Él. Siento que Dios me mira, me escucha, me conoce…
# Ofrecimiento de este momento de oración para que sea un encuentro con Dios, me ofrezco a mí mismo con todo lo que soy con mis palabras o las de Ignacio:
“Pido a Dios nuestro Señor para que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de su divina majestad.”
[EE 46: Oración Preparatoria, nos ayuda a disponernos en la clave del Principio y Fundamento]
# Preámbulos
1º) Composición viendo el lugar: [EE 47].
2º) Petición: será “demandar/pedir a Dios nuestro Señor lo que quiero y deseo” [EE 48].

.: Escucho a Dios => Leo despacio el texto con el que voy a rezar gustando cada palabra, cada frase, cuando encuentro algo con un sabor especial o donde siento que Dios me habla, me detengo, repito suavemente la frase, trato de meditar con el corazón, con los afectos. No es necesario terminar el texto, lo importante es profundizar y detenerme donde Dios me da a sentir algo especial. No se trata ni de pensar, ni de hacer reflexiones, sino sentir y gustar internamente.

.: Coloquio => Hablo con Dios o María en un diálogo libre de corazón a corazón…
Es un momento para estar con Dios, tiempo para hacer memoria ante Dios de lo que he descubierto y para darle una respuesta según lo que he visto, para ofrecerme por entero ante un don tan grande, comprometiendo toda mi libertad y toda mi voluntad; es el tiempo de la ofrenda sin reservas para vivir lo que he descubierto y no es para sacar conclusiones.
Mi yo habla a un Vos, a partir de lo que se me ha dado en esta oración en particular.
Me despido con reverencia, y le doy gracias por este encuentro. Termino con una oración.

.: Examen de la Oración: es un modo de orar para San Ignacio… después de la oración, dedico un tiempo a distanciarme para releer la manera en que la he vivido.
Primera anotación: Con el nombre de Ejercicios Espirituales, se quiere significar todo modo de examinar la conciencia, meditar, contemplar, orar vocal y mentalmente así como de otras actividades que más adelante se explicarán. En efecto: así como el pasear, caminar y correr son ejercicios físicos; de la misma manera cualquier modo que ayude a preparar y disponer el alma para quitar los afectos desordenados y, después de quitados, buscar y encontrar la voluntad divina y salvar el alma, se llaman Ejercicios Espirituales. [EE 1]
Ejercicios Espirituales para vencerse a sí mismo y ordenar la propia vida sin dejarse dominar por afecto que sea desordenado. [EE 21]

Ignacio recomienda no hacer el examen inmediatamente después de terminar la oración. Me tomo un momento, cambio de postura o lugar, sin olvidar que el examen también es oración.

En el examen de la oración no hacer juicio de valores. Vamos a volver a mirar, a recordar, para describir lo que me pasó durante el tiempo de la oración. Y ¿qué cosas miro? las imágenes, los pensamientos que surgieron a raíz de las imágenes y los sentimientos que se me producen a raíz de las imágenes y pensamientos.
Lo fundamental es: ¿Qué es lo que me pasó? ¿Cómo me quedé?
Recordar (del latín: cordis = corazón)
“re-cordar” es volver a pasar por el corazón lo que viví durante la oración.
Y ¿qué es lo que vamos a mirar, y qué es lo que vamos a recordar?

- ¿Cómo estaba? Voy a traer a la memoria cómo estaba antes de comenzar la oración.
- ¿Me sirvió el lugar que elegí? ¿Pude rezar? ¿fue bueno para tu oración ese lugar?
- ¿Me pude relajar? ¿me distraje? ¿qué me distrajo?
- ¿Fui fiel al tiempo que me propuse rezar?
En los puntos siguientes encontramos la Clave de la Oración Ignaciana:
* ¿Qué pensamientos tuve (me vinieron durante la oración)?¿Qué frases, qué ideas?
* Este pensamiento que me vino me hizo acordar de tal cosa y sentir tal cosa.

Esto es más difícil, porque el sentimiento te compromete. Por eso lo importante es describir tus sentimientos: ¿qué sentiste? ¿qué pensamientos te vienen? Todos, tanto los que creo que son buenos como los que creo malos. Los pensamientos y los sentimientos que se contraponen... Describir y Escribir.

Como resultado de este proceso de examen vamos a obtener LA MOCIÓN
¿Qué es la moción? la moción es un Estado Espiritual que engloba todo, por eso, una vez que hice este proceso me pregunto: ¿cómo estoy en conjunto? Y descubro el Estado Espiritual que mueve mi voluntad, ¿cómo me quedé luego de esta oración?
Recién ahí voy a DISCERNIR a qué me mueve. La clave es: Descubrir y Discernir…

Resumiendo: los pasos son:
.: Describir todo, luego lo analizo, y veo el resultado.
.: ¿Cómo estoy? Esa es la moción. A la moción no la podés engañar, porque es lo que sentís.

Así examinamos nuestra oración. Esto nos puede ayudar también a examinar nuestro día:

La Pausa Diaria
Me voy relajando, acallando el ruido interior y tomando conciencia de que voy a hablar con Alguien que me acompaña.
1. Pido luz, ser lúcido, intentado vivir en transparencia: “sin el misterio de la luz la vida completa se vuelve laberinto”.
2. “Por dónde pasa mi Señor”. Voy recorriendo la jornada, viendo las pequeñas o grandes presencias de Dios en las personas, en los sucesos, en los sentimientos, en las lecturas, o en el trabajo bien realizado...
3. Doy gracias reconociendo tanto bien recibido y tanto bien dado durante este día.
4. Pido perdón por todo lo ambiguo, erróneo, dañino o negativo que haya podido hacer.
5. “¿Señor, qué quieres que haga?”. Pienso en cómo espera el Señor que actúe mañana.



En el último taller veremos: Reglas de discernimiento.

Toma Señor [EE 234]
Toma, Señor, y recibe toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y mi voluntad,
todo mi haber y poseer; Vos me lo diste, a Vos, Señor, lo torno;
todo es tuyo, disponed a tu voluntad;
dame tu amor, dame tu gracia, que ésta me basta.

Ahora hagamos el examen… anotar:

.: ¿Cómo estoy? ¿Cómo comencé? ¿El lugar, sirvió? ¿Tuve distracciones? ¿Qué me distraía? ¿Qué pensamientos me vinieron? De todas las frases que leí, ¿cuál fue la que me gustó? ¿Qué sentí? ¿Qué sentimientos predominaron? ¿Cómo terminé la oración? ¿Cómo me sentía?



.: Una vez que escribiste todo esto, describí todos los sentimientos que pudiste descubrir en todas las partes de la oración. Por ahora, advierto lo que siento y lo describo. Y lo escribo.
DESCRIBIR Y ESCRIBIR.
En dónde sentiste más gusto, o al contrario, más disgusto, y también qué sentimiento te dominó.




Pensamientos y Sentimientos están muy unidos, actúan juntos, pero siempre es bueno en el momento de discernir saber cuáles son los pensamientos que produjeron el sentimiento para después aprender a ver qué pensamientos surgen del sentimiento que tengo.
Primero tengo que ver que pensamientos hay en mí y cómo resuena eso en el corazón.
¿Cómo se hace? Esto lo veremos en el próximo taller: solo un anticipo, es fundamental en el discernimiento el confrontar con otra persona a la que llamamos Acompañante Espiritual.

*

Oración
“Jesús, hijo de David, ten piedad de mí”

Preparación de la Oración
Me dispongo a sentirme en la Presencia de Dios
Ofrezco este momento de oración, para que sea un momento de encuentro con Dios, y me ofrezco a mí mismo con todo lo que soy.

Oración Preparatoria [EE 46]: “Pido a Dios nuestro Señor para que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de su divina majestad.”

Preámbulos
1º) Composición viendo el lugar: [EE 47].
2º) Petición: [EE 48]. “Señor, que vea.”

Escucho a Dios
San Marcos 10,46-52
Después llegaron a Jericó. Cuando Jesús salía de allí, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud, el hijo de Timeo-Bartimeo, un mendigo ciego- estaba sentado junto al camino. Al enterarse de que pasaba Jesús, el Nazareno, se puso a gritar: "¡Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí!". Muchos lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más fuerte: "¡Hijo de David, ten piedad de mí!". Jesús se detuvo y dijo: "Llámenlo". Entonces llamaron al ciego y le dijeron: "¡Animo, levántate! El te llama". Y el ciego, arrojando su manto, se puso de pie de un salto y fue hacia él. Jesús le preguntó: "¿Qué quieres que haga por ti?". El le respondió: "Maestro, que yo pueda ver". Jesús le dijo: "Vete, tu fe te ha salvado". En seguida comenzó a ver y lo siguió por el camino.

Para profundizar: Jesús esta con una multitud. Camina con sus discípulos. Hace milagros, sana las dolencias de la gente, les devuelve la paz del corazón al perdonarles los pecados. Escucha a los que lo llaman insistentemente como a este ciego. Se acerca a el y le hace una pregunta obvia”¿Qué quieres que haga por ti? ¿Jesús no se da cuenta lo que le pasa al ciego? No se da cuenta lo que nos pasa a nosotros?
Si, se da cuenta. Pero quiere que nosotros nos hagamos cargo de nuestra vida. Espera que aprendamos a pedir desde lo más profundo de nuestro corazón aquello que realmente necesitamos.
Contempla la escena, mira lo que hacen los personajes, escucha lo que dicen, trata de “sentir” los sentimientos de Jesús.

Termina tu oración dando gracias por este encuentro con el Señor.

*

Martes 13 de Octubre: oración

“Quien quiera ser grande, que sea servidor de todos”

PREPARACION.- Busco un lugar donde pueda rezar en paz. Busco una posición corporal cómoda y relajada. Me tranquilizo, dejo serenar mi mente, me hago presente a mi mismo.

Oración para disponer el corazón

Jesús, Maestro Bueno,
enséñame a mirar la vida como Tú,
a aprender que la vida
es un regalo del Padre para los demás.
Enséñame a valorar el tiempo
como una posibilidad para mejorar y crecer en Ti,
en tu conocimiento, en tu seguimiento, en tu Amor.

Jesús, Maestro Bueno,
enséñame a sentir como Tú,
ayúdame a comprender
que el poder y la supremacía sobre los otros
son vacío y vanidad,
apariencias huecas incapaces de satisfacer
mi profundo anhelo de felicidad y de sentido.

Hazme ver la dicha que brota
de realizar los pequeños servicios cotidianos:
vestir a los niños, hacer la compra,
preparar una comida, realizar bien mi trabajo...

Enséñame a ser un servidor de mis hermanos
y a poner a disposición de todos
los dones que Tú me has dado. Amén.



Me pongo en PRESENCIA DE DIOS.- Me tranquilizo. Hago silencio exterior e interior. Siento que DIOS me mira, me escucha, me conoce… me pongo en su presencia tal cual soy. Le ofrezco este momento de oración, para que sea un momento de encuentro con El.

PETICION: ¡Señor, que pueda tener los mismos sentimientos tuyos!



ESCUCHO AL SEÑOR.- (Mc 10, 35-45)

En aquel tiempo, 35 se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron:
- Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir.
36 Les preguntó:
- ¿Qué quieren que haga por ustedes?
37 Contestaron:
- Concédenos sentarnos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda.
38 Jesús replicó:
- No saben lo que piden, ¿son capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o ser bautizados con el bautismo con que yo me voy a bautizar?
39 Contestaron:
- Lo somos.
Jesús les dijo:
- El cáliz que yo voy a beber lo beberán, y serán bautizados con el bautismo con que yo me voy a bautizar, 40 pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; está ya reservado.
41 Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan.
42 Jesús, reuniéndolos, les dijo:
- Saben que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. 43 No ha de ser así entre ustedes: el que quiera ser grande, sea servidor de todos; 44 y el que quiera ser el primero, sea esclavo de todos. 45 Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida como rescate por muchos.

PARA MEDITAR
Santiago y Juan se acercan a Jesús con una petición extraña: ocupar los puestos de honor junto a él. «No saben lo que piden». Así les dice Jesús. No han entendido nada de su proyecto al servicio del reino de Dios y su justicia. No piensan en «seguirle», sino en «sentarse» en los primeros puestos.
Al ver su postura, los otros diez «se indignan». También ellos alimentan sueños ambiciosos. Todos buscan obtener algún poder, honor o prestigio. La escena es escandalosa. ¿Cómo se puede recibir a un Dios Padre y trabajar por un mundo más fraterno con un grupo de discípulos animados por este espíritu?
El pensamiento de Jesús es claro. «No ha de ser así». Hay que ir exactamente en la dirección opuesta. Hay que arrancar de su movimiento de seguidores esa «enfermedad» del poder que todos conocen en el imperio. Un poder que no hace sino «tiranizar» y «oprimir».
Entre los suyos no ha de existir esa jerarquía de poder. Nadie está por encima de los demás. No hay amos ni dueños. La parroquia no es del párroco. La Iglesia no es de los obispos y cardenales. El pueblo no es de los teólogos. Nosotros, somos simples administradores en la tierra. El que quiera ser grande, que se ponga a servir a todos.
El verdadero modelo es Jesús. No gobierna, no impone, no domina ni controla. No ambiciona ningún poder. No se arroga títulos honoríficos. No busca su propio interés. Lo suyo es «servir» y «dar la vida». Por eso es el primero y más grande.

ALGUNAS PREGUNTAS QUE PUEDEN AYUDAR

¿Cómo resuena en ti el episodio evangélico de hoy?
¿Te reconoces en las expectativas de Santiago y Juan o en la reacción de los otros diez?
Cuando haces el bien desinteresadamente ayudando, con ello, a que alguien “tenga vida”, ¿cómo te sientes?
¿Cómo puedes llevar a la práctica la enseñanza de Jesús de “servir” y “dar tu vida”?
Si Jesús te preguntara hoy: "¿Que quieres que haga por ti?", ¿qué le responderías?

Termino la oración dándole gracias a Jesús por ser AMOR Y SERVIDOR de la Vida. Le doy gracias mientras hago memoria de episodios de su vida en los que se puso al servicio de los demás: curando, enseñando, ofreciendo palabras de perdón, acogiendo a los pobres, compartiendo las fiestas con sus amigos pecadores y rechazados socialmente...


EXAMEN DE LA ORACION.- Trato de descubrir lo que pasó en el momento de la oración… Hacer examen, luego de la oración, es escuchar para aprender…. Escuchar lo que ocurre en mi interior, porque allí habla Dios.
Aprendemos a tomar distancia de los sentimientos, deseos, inclinaciones, para descubrir hacía donde nos llevan. Esto se llama DISCERNIR… Termino dando gracias a Dios

*

Martes 6 de Octubre

Taller de Formación
"el Género y la Ternura" desde una mirada antropológica cristiana

Cultura de la ternura, construcción de la intimidad

En la búsqueda de nuevas formas de relaciones sexuales que no sean exclusivamente genitales, la educación para la ternura y la construcción de una intimidad sana representan caminos plenos de encuentro gratificante en sintonía plena con la dignidad del amor tal como nos lo enseña el Evangelio y lo encarnó Jesús en su vida cotidiana.
En primer lugar digamos que intimidad significa que tú puedes ser quien eres dentro de una relación y dejar que la otra persona sea lo que es.

EL SER QUIEN ERES:
Cuando puedes hablar abiertamente sobre cosas que son importantes para ti.
Cuando puedes tomar una posición clara sobre lo que crees en relación a asuntos importantes.
Cuando puedes aclarar los límites de lo que es aceptable, tolerable para ti dentro de una relación.

EL DEJAR QUE LA OTRA PERSONA SEA LO QUE ES:
- Te mantienes emocionalmente cancelada en tiempos difíciles y ansiosos, con la otra persona que piensa diferente (aunque lo más común es IRSE o PELEAR), sin necesitar el tener que cambiar, convencer o arreglar a la otra persona ..

- No se trata de los pasos iniciales en una relación. Se da solo en las relaciones a largo plazo. No se refiere a la intensidad. Se refiere a las muchas maneras en las cuales uno está Cercano al otro. Todo esto requiere una apertura personal y mutualidad

Las cualidades que usualmente se asocian con la intimidad son: confianza, seguridad, aceptación, apertura. Más tres claves adicionales:
*Mutualidad: una relación íntima implica la opción, la libertad. No se da por circunstancias que nos juntan, reúnen (trabajo, fiestas, ... )
*Empatía recíproca: caminar en los zapatos del otro. Capacidad de comprender qué es lo que la otra persona está experimentando.
*Balance de poder: Esto es muy crítico. Una relación íntima es cuando ninguna de las partes se calla, sacrifica o traiciona a sí misma, y cuando cada parte expresa la fuerza y la vulnerabilidad, debilidad y competencia, en una manera balanceada.

La auténtica intimidad demanda:
Una toma de conciencia de uno mismo,
a) conciencia de mis fuerzas y limitaciones,
b) un deseo de arriesgarse con otra persona en una relación libre,
c) con la consecuencia de que cada una va a ser llamada a cambiar y a crecer.

La experiencia de intimidad tiene distintos niveles (o grados):
-Extraños
-Conocidos
-Compañeros o colegas
-Familia (para unos más y para otros menos)
-Amigos y amigas
-Amigos y amigas del alma. (Suelen ser muy pocas y pocos en la vida.)
'
No puede haber intimidad cuando hay ENCANDILA MIENTO. Este se puede dar en dos formas: 1) Quiero que la persona sea lo que yo quiero, y disculpo, excuso, ignoro cuando no es como yo quiero. 2) Quien se encandila es porque es muy solitario, y eso mueve a la conexión, pero de una manera ciega.

I - COMO RELACIONARSE DE FORMA ÍNTIMA
El Gran Mandamiento, que nos amemos unos a los otros, es también una llamada a relacionamos de forma íntima. El relacionamos Íntimamente nos cambia a nosotros y a otros. Crecer en la capacidad de relacionamos íntimamente es una tarea continua, y nos exige desarrollar los siguientes atributos, capacidades y habilidades.

1. un sentido claro de uno mismo y un enfoque de crecimiento continuo de uno mismo
No se trata de que seamos egocéntricos, sino que nos conozcamos bien a nosotros mismos. Es imposible tener una relación íntima con otros si no somos íntimos con nosotros mismos. Para damos, tenemos que poseemos primero; para ser nosotros, para ser una sola alma, primero tenemos que ser sí mismos.

2. una comunicación abierta
Nosotros a veces no escuchamos. Estamos preparando siempre el próximo pensamiento. Por eso necesitamos mejorar cada día en la capacidad de escuchamos realmente unos(as) a otros(as). Si queremos crecer en la capacidad de creer en la otra persona, necesitamos auto revelamos y decir lo que realmente sentimos y pensamos, expresamos honestamente.

3. la capacidad de permanecer emocionalmente conectados durante épocas difíciles o de ansiedad
Es importante que no nos callemos ni huyamos cuando estemos en conflicto. Es importante también que no permitamos que nuestra ira se vierta sobre el otro cuando estamos en conflicto. Necesitamos aprender a saber lo que pensamos y sentimos, y expresarlo de forma reverente, particularmente durante tiempos de conflicto o de desacuerdo.

4. un profundo respeto y valoración de las diferencias
Para poder entrar en una relación íntima cada persona tiene que permanecer siendo quien es manteniendo lo que tiene de singularidad. Cuando eliminamos las diferencias y hacemos que todas las personas sean iguales, destruimos cualquier posibilidad de intimidad que existe.

5. una mutualidad: especialmente cuando la persona se da a conocer con empatía o compasión
La mutualidad es la capacidad de dar y recibir del prójimo. ¿Qué es lo que se da y se recibe? Cuando las personas funcionan dentro de una mutualidad existe un intercambio: de pensamientos, de perspectivas, de actitudes, de necesidades, de estar de acuerdo y en desacuerdo y de sentimientos ¿Elijo entrar en revelación de mí mismo con otros y los invito a ellos a hacer lo mismo? La mutualidad es un camino de ida y vuelta. La capacidad de empatía o compasión, que quiere decir el poder caminar dentro de los zapatos del otro, es esencial en la mutualidad. ¿Puedes dejar a un lado tus propias necesidades, tus pensamientos y lo que sientes, por un rato, y colocarte dentro de lo que es la vida del otro?
Cuanto más cómodo te sientas contigo mismo, mejor podrás sentir esta empatía y no temer perderte a ti mismo.

6. un sentido flexible de uno mismo
Necesitamos conocernos a nosotros mismos, sentirnos bastante cómodos con nosotros mismos y tener la expectación de aprender sobre nosotros mismos, si hemos de relacionamos de forma íntima. Ten la expectación de que has de cambiar y que has de sentir una variedad de sentimientos como el bienestar, la vergüenza, el conflicto, la ira o bien el gozo. Si no estás dispuesto a cambiar no serás capaz de sentir la intimidad.

7. la habilidad de negociar, de hacer concesiones y de sacrificarse
A menudo consideramos el hacer concesiones como señal de debilidad en lugar de verlo como señal de fuerza. Hace falta tener fuerza para poner a un lado nuestras propias necesidades para un bien mayor. No se trata de no saber lo que quiero y necesito, sino elegir dejar esto a un lado para el bien de los demás. Es necesario que cada persona elija hacer estas concesiones y deje al lado sus propias necesidades para que la relación sea mutua.

Como podemos ver, la relación íntima no sucede por si sola, requiere esfuerzo. ¿Elegiremos estar en relación con otros y tomaremos de hecho los pasos que se necesitan para movemos hacia la relación íntima mutua? Si no se elige la intimidad el riesgo es NO VIVIR.
*-¿Qué me ayudaría a desarrollar y tener relaciones íntimas?
*- Dado lo que soy, ¿cuáles son los obstáculos que me estarían impidiendo para ponerme en camino hacia la intimidad?
*- ¿Hay algunos riesgos de los cuales yo estoy ya consciente que se van a dar al buscar vivir la intimidad?

Quería decir una cosita más. Este viaje que se inicia, ¡no va a terminar nunca! No importa donde te encuentres ahora mismo en tu habilidad de relacionarte puesto que Dios te proporcionará la vía para hacerlo y el tiempo suficiente.

II EL ARTE DE LA INTIMIDAD
La práctica de la intimidad, como cualquier otro tipo de arte, requiere disciplina. Aprendemos a estar cercanos a otros cuando vamos dejando esos comportamientos que nos mantienen distantes y tratamos de tener nuevos comportamientos, sentimientos y esperanzas. El arte de la intimidad involucra los siguientes ocho requisitos, además de mantener una cierta distancia y privacidad.

1. Mantén la intimidad contigo mismo
Dentro de cado uno de nosotras hay una entera comunidad de sub-personalidades, algunas de las cuales nos gustan y otras nos desagradan y las rechazamos. Nuestra habilidad de aceptar a los otros recae en nuestra aceptación de la pluralidad de varias partes dentro de nosotros mismos. Nosotros, de hecho, amamos a nuestro prójimo como a nosotros mismos ¡ni más, ni menos!

2. Enfréntate con tu soledad
Sólo aquellas personas que saben que al final están solas, libres y responsables, son quienes pueden ablandar los límites de sí mismas para invitar a otros a compartir su propia soledad.
Cuando rehusamos aceptar nuestra soledad, transferimos a aquellos a quienes amamos la responsabilidad de solucionar nuestros propios problemas, de hacemos felices y de cuidamos con mucha seguridad de las cosas que pudieran salir mal.

3. Aprende a escuchar
La mayor parte del tiempo, escuchamos solo a medias. Ya hasta hemos formulado una respuesta en nuestras mentes antes de que la otra persona haya terminado de hablar. Sin ni siquiera pensar, damos nuestras opiniones, consejo y soluciones, cuando lo que realmente se requiere es que escuchemos compasivamente los pensamientos y sentimientos de la persona. Tus maneras de relacionarte con los demás cambiarán radicalmente cuando dejes de tener las respuestas y puedas aprender a escuchar. A veces no dejamos que los otros tengan sus propias experiencias. Cuando yo hablo y hablo, es más narcisismo que intimidad, hay desbalance de poder.

4. Habla abiertamente, sin pelos en la lengua.
No es una disciplina fácil. Todas hemos aprendido a esconder nuestros sentimientos bajo la fachada de la amabilidad para protegemos de los demás sobre nuestra verdad privada. Creamos personas, máscaras, fachadas públicas, las cuales se imprimen en nuestras caras. Pero la intimidad requiere una cierta cantidad de vulnerabilidad. Tenemos que quitamos las máscaras que nos protegen y tenemos que arriesgamos a dejamos que nos conozcan. Sin honestidad no hay cercanía. Necesitamos decir tan claramente como nos sea posible lo que sentimos, lo que queremos, lo que nos agrada o desagrada.

5. Elige la intimidad
Si es que quieres sentirte cercana a otras personas, tienes que hacer la opción consciente de hacerla prioridad en tu vida; no va a suceder sola, Separa tiempo para estar con amigos o amigas, con tu comunidad, con tu Señor, con sus preferidos. Y lo que es más importante, ser sensible en esos momentos cuando alguien te necesita para que estés con él o ella.

6. No te desesperes
La intimidad se desarrolla con su propio tiempo. No sucede al instante: “sigue al pie de la letra instrucciones: agrega agua y mezcla”. Por supuesto que “hay momentos mágicos". Pero las maneras de relacionamos con intimidad que son suficientemente sólidas, para salir a flote en todas las circunstancias y crisis, pueden tomar casi toda la vida.


7. Elige con mucho cuidado ·
Es muy frecuente sentirse cercano a alguien que sufre crónicamente de "intimitis". No todas las personas están listas para pagar el precio de energía, tiempo, imaginación y compromiso.

8. Espera tener miedo y fallarte regularmente
La intimidad al mismo tiempo nos causa terror y nos maravilla porque echa abajo nuestros límites de seguridad y las imágenes bien maquilladas; crecemos y cambiamos por el contacto. La verdadera intimidad es real únicamente después de descubrir, -después de muchos fracasos-, que nunca podemos asumir o quitar la soledad del otro/otra, o llenar el vacío que existe en el fondo del corazón, o hacer desaparecer la tragedia, o sacarla de la sombra de la muerte.

CUALIDADES DEL AMOR MADURO

- Se da entre dos personas, dos identidades
- Hay libertad, nada es forzado
- Mutualidad
- Auto revelación
- Empatía
- Aceptación de Uno y otro
- Estoy dispuesto a desafiar y ser desafiado en la comunión
- Unidad
- No hay necesidad de poseer
- Hay apreciación de la otra persona
- Nos alegramos cuando el otro, la otra, tienen triunfos, y nos entristecemos con ella/ él cuando hay dolor
- Sentimos gozo y alegría en su presencia
-Se promueve la integración en las dos personas



Genero: esencia o construcción
Rubén Strina sj


Planteamiento de la cuestión

Es importante ante todo presentar el debate actual sobre genero y su repercusión en la reflexión teológica y espiritual. Es interesante ver cómo se fue desplazando el eje de la discusión teológica a lo largo de la historia.
Presentamos muy esquemáticamente los grandes temas de discusión:
1- Al comienzo del cristianismo se cuestionó si Jesús era verdaderamente Dios o solo un hombre especial. La discusión centraba su atención en el seno de la Trinidad.
2- Luego se comenzó – sin dejar lo anterior, en teología los problemas no se agotan- a cuestionar la relación en Jesús de lo divino y lo humano. Cómo compatibilizar las dos naturalezas con la persona única puesta del lado de lo divino.
3- Hoy la cuestión se centra en el hombre y la diferencia hombre – mujer. ¿El genero es una diferencia esencial o una construcción cultural y por lo tanto una opción libre?.

-La complementariedad varón-mujer es no solo biológica y psíquica, es también ontológica
[1]

La complementariedad biológica y psíquica se evidencian desde las ciencias experimentales y de la salud, lo que hay que explorar es esa tercera complementariedad de la que poco se ha hablado aun. Aquí lo haremos brevemente. Si el sexo, como hemos visto, configura la persona misma, se pude hablar de dos tipos de personas, la persona masculina y la persona femenina. Por otra parte, la persona se caracteriza por su donación de sí, en lo que consiste el amor. El amor siempre requiere apertura. Pero abrirse no es siempre salirse de sí mismo. También puede significar que los demás entren en uno. Blanca Castilla de Cortaza piensa que las explicaciones clásicas del amor como éxtasis son visiones masculinas del amor
[2]. ¿Por qué? Porque la mujer ama fundamentalmente acogiendo.
Salir y acoger. ¿Cómo conocer esta apertura diferente y complementaria
Para decir de un modo resumido el distinto modo que tiene de abrirse y de darse el varón y la mujer, se podría decir que la apertura constitutiva que tiene cada persona tiene dos modalidades: el varón se abre de un modo peculiar: hacia fuera, La mujer también se abre a los demás con su modo: hacia dentro, acogiendo.
En este sentido, el modo de procrear, aunque indudablemente no es el único ni el más importante modo de amar, presenta de una manera plástica lo que se quiere decir. El varón al darse sale de sí mismo. Saliendo de él se entrega a la mujer y se queda en ella. La mujer se da pero sin salir de ella. Es apertura acogiendo en ella. Su modo de darse es distinto al del varón y a la vez complementario, pues acoge al varón y a su amor. Sin la mujer, el varón no tendría dónde ir, sin el varón, la mujer no tendría qué acoger. La mujer acoge el fruto de la aportación de los dos y lo guarda hasta que germine y se desarrolle. Todo este proceso, aunque él es también protagonista, ser realiza fuera del varón.
¿Cómo expresar esta apertura antropológicamente? Es un nuevo campo de la filosofía que Blanca Castilla llama «antropología diferencial».

“Así, si la metafísica trata con substancias y la antropología conjuga pronombres, descubrir la condición sexuada dentro de la persona solo se puede hacer con preposiciones, que son los términos gramaticales que describen las relaciones. Al varón le correspondería la preposición desde, pues parte de sí para darse a los demás. A la mujer le correspondería la preposición en, pues se abre dando acogida en sí misma. La persona varón se podría describir, entonces, con ser-con-desde, y a la mujer, como ser-con-en. ”
[3]

Alguien podría pensar que entonces el acto de ser de cada persona es incompleto. Pero no. Cada uno, varón y mujer, tiene su propio acto de ser, solo que no agota el tipo de actos de ser-con humanos. Si volviéramos a preguntamos en qué dimensión de la persona se enclava la condición sexuada, habría que decir que ambas dimensiones son inseparables, por eso es difícil la respuesta. Sin embargo, en la autopropiedad del propio acto de ser y en la autodeterminación no hay diferencia, sino identidad entre varón y mujer. Parece que es en la dimensión de apertura donde se puede encontrar esa diferencia ontológica complementaria. Este modo de darse diferente y complementario se da en todos los campos y en todas las relaciones humanas heterosexuadas, y apoyándose en la dimensión constitutiva de apertura que la persona tiene podría dar lugar, como se ha dicho, a dos modos de ser persona: la persona femenina y la persona masculina

4. Varón y mujer constituyen una dualidad relacional

La realidad humana sería, entonces o ser-con- desde o ser-con-en. Ahí radicaría la principal diferencia entre varón y mujer; en dos tipos de personas distintas, que se abren entre sí de un modo respectivo diferente y complementario.
La diferencia sexual humana se trataría, entonces, de una diferencia en el interior mismo del ser. Y teniendo en cuenta que el ser humano es personal, sería una diferencia en el seno mismo de la persona. En efecto, lo distinto a la persona -en su mismo nivel- tiene que tener el mismo rango, no puede ser, por tanto, sino otra persona.
Afirmar que la diferencia varón-mujer es una diferencia en la persona supone, por otra parte, haber anclado la diferencia definitivamente en la igualdad varón y mujer, cada uno es persona. Tienen la misma categoría; la diferencia entre ellos posee el mismo rango ontológico. La diferencia no rompe la igualdad. Y es;" personas distintas al ser complementarias y ontológicamente forman una unidad, que Karol Wojtyla ha denominado “unidualidad”.
[4]. Y esta unidualidad de la que procede la familia tiene consecuencias, o debería tenerla, en todo el campo laboral y cultural. [5]. Lamentablemente muchas veces el reconocimiento de las diferencias y la constatación de la complementariedad se cristalizaron en subordinación y sometimiento de la mujer por el varón basados en un sistema patriarcal y machista que no se puede de ningún modo justificar ni el la naturaleza y menos aún en la revelación
Todas estas cuestiones planteadas por Karol Wojtyla suponen una revolución pacífica, no solo en el campo de la teoría antropológica, sino también sino también en el ordenamiento social.
Criterio constructivista de género

Según esta postura no hay dudas que las conductas sexuales construidas socialmente tienen un fundamente fisiológico pero la fisiología nunca puede proporcionar pasión, elección de objeto, identidad o motivos. Estos provienen de la dinámica y cambiante construcción social. El cuerpo como tal no produce su propia significación. Son las relaciones sociales y la estructura psíquica las que construyen esos significados.
Esta escuela que nos habla de la construcción social de la significación sexual se contrapone con la escuela “esencialista” que sostiene que existe una explicación que se construye a partir de un ser específico, de una ontología preexistente, de una naturaleza o de una identidad que está más allá de la construcción de significados sociales.
En cambio la escuela constructivista afirma que la interpretación histórica de la sexualidad supera el esencialismo sexual porque, si aceptamos que nuestra identidad se construye en un marco relacional, no podemos afirmar que nuestras identidades o nuestras posibilidades de conducta o de relación sean fijas e invariables. Las relaciones sociales son las que dan sentido y riqueza a nuestra comprensión de la sexualidad. Esas relaciones van construyendo la identidad en el tiempo y en el espacio. Esta forma de ver la identidad sexual nos lleva a poner el énfasis en lo que hacemos y no en los que somos. Nuestra comprensión de la sexualidad, desde esta perspectiva constructivista, nos lleva a entenderla como una realidad dinámica, abierta, cambiante y en relación con otros y otras. No se construye en el vacío, se construye junto a otros y otras. Es necesario reconocer que todas nuestras relaciones sexuales, nuestros sentimientos, y lo que pensamos sobre ellos han sido configurados por fuerzas históricas y forman parte de un cuerpo imaginario, simbólico y material fuertemente entrelazado.
Estos conceptos sobre la sexualidad forman parte de la cultura en la cual vivimos que a su vez “es un proceso social de producción de sentido en relación con los hechos socioeconómicos [y sexuales] y no debe ser estudiada fuera del sistema socioeconómico y de los hechos sociales” Todo texto exige su contexto como para poder comprender el encuadre teórico que nos permite comprender su formulación actual[6]

[1] Sostenida por el magisterio actual de la Iglesia. Cfr. Teologia del cuerpo de Juan Pablo II, en las audiencias generales de los miércoles desde 1980 a 1984
[2] Blanca Castilla de Cortaza Larrea Varón y Mujer en la teología del cuerpo de Juan Pablo II. Arvo Net, 2 de marzo de 2006

[3] Blanca Castilla de Cortaza oc
[4] Carta a las mujeres, VI-1995, n. 8.
[5] Ibidem
[6] Cfr. Elisabeth Schuster Fiorenza: “In memory of Her: A Feminist Theological Reconstruction of Christian Origins. Crossroads, New York. 1992

La sexualidad y la intimidad
Wilkie Au y Noreen Cannon


Nuestros esfuerzos por amamos no pueden excluir a la sexualidad, nuestro yo encamado. Una espiritualidad que niegue al cuerpo, como si no tuviera importancia alguna en la vida del amor a Dios y a los demás, da lugar a una división que acaba por mutilar nuestro crecimiento espiritual. Igualmente dañinas son las actitudes que oponen el cuerpo al espíritu, fomentando la convicción de que la sensualidad y la sexualidad son actitudes anticristianas e incluso pecaminosas. Lejos de eso, una espiritualidad cristiana global considera que la sexualidad está intrínsecamente relacionada con nuestra capacidad para amar porque nuestra relación con el prójimo se lleva a cabo en calidad de personas corpóreas y tiene lugar entre seres sexuales. Muchos de cuantos crecimos en ambientes que cultivaban el temor a la sexualidad por tratarse de algo "sucio" o "reprobable," nos acercamos al mundo de la sexualidad como si fuera algo que no tuviera nada que ver con nosotros. A menudo nuestra sexualidad está confinada a la sombra, donde se ve rechazada y condenada al exilio, lo que hace que nuestros corazones se enfríen y resulte imposible una entrega generosa y gozosa.
Toda la cuestión de la sexualidad está rodeada de ansiedad, prejuicios, culpa y una absoluta ignorancia, hasta el punto de que tenemos que acordamos una y otra vez del verdadero sentido de la encarnación, esto es, que Dios se hizo carne para ser uno con nosotros. Cristo, la Palabra hecha carne, estableció su hogar en el cuerpo humano, "puso su carpa entre nosotros", que también es para nosotros nuestro hogar. Cuando negamos la bondad de nuestros cuerpos, estamos rechazando a Dios, que escogió tener un cuerpo. Aunque la sexualidad de Jesús no se menciona de forma explícita en los Evangelios, no debemos pensar por ello que Jesús no fue tan humano como nosotros o que fue un ser asexuado, con mayor proporción de espíritu que de cuerpo. Por el contrario, el retrato que tenemos de Jesús a través de los Evangelios refleja la figura de un hombre cuya sexualidad irradiaba hacia los demás, incorporándolos en una vinculación íntima con su persona. Con frecuencia, movido por la compasión, se acercaba espontáneamente a tocarles (Mc 1, 42), a darles de comer (Mc 6, 30-34), o los abrazaba (Mc 10, 16) dando muestras de un amor tan grande que necesitaba ser expresado más allá de las palabras, con todo el cuerpo. Como seguidores de Jesús, la sexualidad tiene una importancia central en nuestro viaje hacia la integración y la santidad. Tan sólo cuando nos sintamos en casa en nuestro cuerpo, aceptando la gracia que supone sabemos seres sexuales, seremos capaces de abordar libre y confiadamente las relaciones y compromisos que acompañan a la vivencia del amor.

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