Martes 12/04: Taller Ignaciano

Espiritualidad Ignaciana

San Ignacio de Loyola (siglo XVI) tuvo una fuerte experiencia mística de Dios, a partir de encuentros personales con el Señor y consigo mismo, que después condensó en su libro de “Ejercicios Espirituales”.

“Con este nombre Ejercicios Espirituales se quiere significar todo modo de examinar la conciencia, meditar, contemplar, orar vocal o mentalmente así como de otras actividades que más adelante se explicarán. En efecto así como pasear, caminar y correr son ejercicios físicos, de la misma manera cualquier modo que ayude a preparar y disponer el alma para quitar los afectos desordenados y, después de quitados para buscar y encontrar la voluntad divina y salvar el ánima, se llaman Ejercicios Espirituales.” [EE 1].

Los Ejercicios Espirituales Ignacianos son un tiempo de oración con el Señor, en silencio exterior para lograr el silencio interior, acompañados por alguien que nos dará el “modo y orden” de cada oración y quién nos ayudará en el discernimiento de espíritus y de las Gracias obtenidas conforme a lo que se desee alcanzar.

En los Ejercicios habrá primero un buen tiempo de preparación en el que se asegura el fundamento de la experiencia (Principio y Fundamento), después una etapa de purificación del corazón y de entrada en la misericordia (Primera Semana). A continuación escucharemos la llamada de Cristo y seremos invitados a contemplar extensamente su vida y su Buena Nueva; bajo esta luz percibiremos mejor cuál es la llamada, la invitación que Cristo nos dirige en este momento de nuestra experiencia, cómo nos invita a ordenar mejor nuestra vida según su evangelio (Segunda Semana). Pediremos ser confirmados en la contemplación de su Pasión (Tercera Semana) y su Resurrección (Cuarta Semana), para que nos lleve con Él en su misterio pascual y sitúe nuestra decisión en su obra de salvación que se realiza en su Iglesia. El ritmo del retiro es el del proceso de este itinerario interior y se puede hacer en Ejercicios cerrados o abiertos.

La oración ignaciana es un encuentro con Dios. Es la experiencia de estar en su presencia, donde escuchamos su Palabra Y hablamos con Él.

San Ignacio – a partir de su propia experiencia espiritual, descubrió que la oración no es “saber” muchas cosas sobre Dios sino “sentir y gustar” interiormente la presencia de Dios: [EE 2].

"no el mucho saber harta y satisface el alma,

sino el sentir y gustar de las cosas internamente". [EE 2]

Tomado de Ejercicios Espirituales, Colección: CEIA-Centro Manresa y Cristo en lo cotidiano, André de Jaer sj

Pasos que te pueden ayudar para la oración:

§ Preparación de la Oración

§ Me pongo en la Presencia de Dios

§ Escucho a Dios

§ Hablo con Dios: Coloquio

§ Examen de la oración

GUÍA PARA LA ORACIÓN

.: Preparación de la Oración

1. Busco un lugar donde pueda rezar en paz y con devoción. Puede ser la Capilla, mi cuarto, el parque o donde yo crea que puedo estar tranquilo y sin distraerme.

2. Determino el tiempo de oración. A qué hora voy a comenzar. Cuánto tiempo le voy a dedicar a la oración.

3. Busco una postura corporal: una postura cómoda y relajada. Los ojos cerrados o fijos en una imagen que me ayude a la oración.

4. Me tranquilizo: dejo serenar mi mente, interrumpo el proceso del pensar… me hago presente a mí mismo… pueden ayudar los siguientes pasos:

- Sensaciones: Tomo conciencia de la posición de mi cuerpo en general… y luego de cada parte de mi cuerpo… Comienzo desde lo más alto de la cabeza y desciendo progresivamente hasta llegar a la punta del pie… Me detengo unos segundos en cada parte de mi cuerpo… y luego continúo… tomo conciencia de cada una de las sensaciones que se producen en mi…

- Sonidos: Ahora me hago consiente de los sonidos que me rodean, los cercanos y los lejanos… me detengo unos momentos en cada uno… trato de evitar todo tipo de reflexiones… al escuchar sonidos me va inundando el silencio…

- Respiración: Siento el aire y la corriente de aire entrando y saliendo en mi respiración… la escucho y observo… Percibo los movimientos que produce en mí, en mi cuerpo, mis pulmones, mi diafragma… Respiro el aire cargado de la presencia de Dios… Inspiro el Espíritu de Dios, expiro todo lo que pueda ser obstáculo a su presencia… Aspiro profundamente deseando que Dios me purifique y me llene… Expiro deseando entregarme…

- Silencio: Se aquieta mi mente… me invade el silencio… la claridad… oriento mi atención hacia mi centro interior… en dónde se encuentra mi manantial… bebo de esa agua… en silencio…

Con la Palabra de Dios

* Ex 3,1-20: Descálzate… “Yo soy el que soy”.

* Is 55,1-11: Los que estén sedientos vengan a mí… busquen al Señor, mientras se deja encontrar.

* Mt 6,5-15: Ve a un lugar escondido. Tu Padre ve en lo secreto del corazón.


Puntos – Martes 12 de Abril de 2011

Contemplación:La oración de Jesús en el monte de los Olivos [EE 200 / 290]

Lc 22,39-46: 22 39En seguida Jesús salió y fue como de costumbre al monte de los Olivos, seguido de sus discípulos. 40Cuando llegaron, les dijo: "Oren, para no caer en la tentación". 41Después se alejó de ellos, más o menos a la distancia de un tiro de piedra, y puesto de rodillas, oraba: 42"Padre, si quieres, aleja de mí este cáliz. Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya". 43Entonces se le apareció un ángel del cielo que lo reconfortaba. 44En medio de la angustia, él oraba más intensamente, y su sudor era como gotas de sangre que corrían hasta el suelo.

45Después de orar se levantó, fue hacia donde estaban sus discípulos y los encontró adormecidos por la tristeza. 46Jesús les dijo: "¿Por qué están durmiendo? Levántense y oren para no caer en la tentación".


.: Preparación de la Oración :.

.: Me pongo en la Presencia de Dios

Pido a Dios nuestro Señor para que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de su divina majestad.[EE 46]

.: Preámbulos

1º) La Historia: será aquí, cómo Cristo nuestro Señor descendió con sus once discípulos desde el monte Sión, donde hizo la cena, para el valle de Josafat, dejando los ocho en una parte del valle y los otros tres en una parte del huerto; y poniéndose en oración, suda sudor como gotas de sangre; y después que tres veces hizo oración al Padre, y despertó a sus tres discípulos, y después que a su voz cayeron los enemigos, y Judas dándole la paz, y san Pedro derrocando la oreja de Malco, y Cristo poniéndosela en su lugar, seyendo preso como malhechor, le llevan el valle abajo y después la cuesta arriba para la casa de Anás.

2º) Composición viendo el lugar: será aquí, considerar el camino desde monte Sión al valle de Josafat, y asimismo el huerto, si ancho, si largo, si de una manera, si de otra.

3º) Demandar lo que quiero: es propio en la Pasión: dolor con Cristo doloroso, quebranto con Cristo quebrantado, lágrimas, pena interna de tanta pena que Cristo pasó por mí. [EE 203]

.: Puntos:

1°) Ver las personas de la contemplación, y reflictiendo en mí mismo procurar sacar algún provecho.

2°) Escuchar lo que hablan y sacar algún provecho.

3°) Mirar lo que hacen y sacar algún provecho.

4°) Considerar lo que Cristo nuestro Señor padece en su humanidad o quiere padecer, según el paso que se contempla. Y al contemplarlo, concentrando mi atención, comenzar con mucha fuerza a dolerme, entristecerme y llorar; de la misma manera trabajar por los puntos que siguen.

5°) Considerar cómo la Divinidad de Jesucristo se esconde y cómo podría destruir a sus enemigos y no lo hace, como deja padecer su santísima humanidad tan crudelísimamente.

6°) Considerar cómo padece todo esto por mis pecados, etc. y qué debo yo hacer y padecer por él.

* El Señor, acabada la cena y cantando el himno, se fue al monte Oliveti con sus discípulos, llenos de miedo, y dejando los ocho en Getsemaní, diciendo: “Sentaos aquí hasta que vaya allí a orar”.

* Acompañado de san Pedro, Santiago y san Juan, oró tres veces al Señor, diciendo: “Padre, si se puede hacer, pase de mí este cáliz; con todo, no se haga mi voluntad, sino la tuya”. Y, estando en agonía, oraba más prolijamente.

* Vino en tanto temor que decía: “Triste está mi ánima hasta la muerte”. Y sudó sangre tan copiosa que dice san Lucas: “Su sudor era como gotas de sangre que corrían en tierra”, lo cual ya se supone las vestiduras estar llenas de sangre.

Para profundizar:

En esta hora tremenda – dice – el Salvador del mundo se echó de rodillas, desnudándose de las defensas de su divinidad, apartando casi por la fuerza a los ángeles dispuestos a responder por millares a su llamada, abriendo los brazos y descubriendo su pecho para exponerlo, en su inocencia, al ataque del enemigo, de un enemigo cuyo aliento era de una pestilencia mortal, cuyo abrazo era una agonía. Y así permaneció, de rodillas, inmóvil y silencioso, mientras el impuro enemigo envolvía su espíritu con una túnica empapada en todo lo que el crimen humano tiene de más odioso y atroz, y la apretaba en torno a su corazón. Y, mientras tanto, invadía su conciencia, penetraba en todos sus sentidos, en todos los poros de su espíritu y extendía sobre él su lepra mortal, hasta que él se sintió convertido casi en lo que nunca podía llegar a ser, en lo que su enemigo hubiera querido convertirlo. ¡Cuál fue su horror cuando, al mirarse, no se reconoció; cuando se sintió semejante a un impuro, a un detestable pecador, en su percepción aguda de ese montón de corrupciones que llovía sobre su cabeza y chorreaba hasta el borde de su túnica! ¡Cuál no fue su extravío cuando vio que sus ojos, sus manos, sus pies, sus labios, su corazón eran como los del maligno y no como los de Dios! ¿Son éstas las manos del cordero inmaculado de Dios, hasta ese instante inocentes, pero rojas ahora por mil actos bárbaros y sanguinarios? ¿Son éstos los labios del cordero, los labios que ya no pronuncian plegarias, ni alabanzas, ni acciones de gracias, sino que están inmundos de juramentos, de blasfemias y doctrinas demoníacas? ¿Son éstos los ojos del cordero, ojos profanados por las visiones inmundas y las fascinaciones idólatras por las cuales abandonaron los hombres a su adorable Creador? En sus oídos resuena el fragor de las fiestas y los combates; su corazón está congelado por la avaricia, la crueldad, la incredulidad; su misma memoria está oprimida por todos y cada uno de los pecados cometidos desde la primera caída del hombre en todas las regiones de la tierra. Vienen todos estos adversarios sobre ti a millones, vienen en escuadrillas más numerosas que las pestes de las langostas, que los látigos del granizo, que las moscas y las ranas enviadas contra el Faraón. Los pecados de los vivos y los muertos los pecados de los no nacidos todavía, los de los condenados y de los salvados, los pecados de tu pueblo y de todos los extranjeros, los de los santos y los pecadores, todos los pecados están aquí. ¡Verdaderamente sólo Dios es capaz de soportar tanto peso!

(meditación del cardenal Newman sobre los “dolores mentales” de Cristo)

¿Qué es la muerte, qué son las espinas, qué los látigos y el vinagre junto a este horror? ¿Qué es el dolor humano frente a esta atroz realidad?

[“LA TÚNICA DEL MAL” del Libro “Vida y Misterio de Jesús de Nazareth” de José Luis Martín Descalzo].

.: Coloquio… a Cristo nuestro Señor; finalmente rezar el “Alma de Cristo”.

Alma de Cristo, santifícame.

Cuerpo de Cristo, sálvame.

Sangre de Cristo, embriágame.

Agua del costado de Cristo, lávame.

Pasión de Cristo, confórtame.

¡Oh buen Jesús!, óyeme.

Dentro de tus llagas, escóndeme.

No permitas que me aparte de Ti.

Del maligno enemigo, defiéndeme.

En la hora de mi muerte, llámame.

Y mándame ir a Ti,

para que con tus santos te alabe,

por los siglos de los siglos. Amén.

.: Examen de la Oración:

El examen es volver a mirar, a recordar, para describir lo que me pasó durante la oración…

Lo fundamental es: ¿Qué es lo que me pasó? ¿Cómo me quedé? ¿Qué mociones (movimientos) descubro que tuve? Describir y Escribir.

* ¿Cómo estoy? ¿Cómo comencé? ¿El lugar, sirvió? ¿Tuve distracciones? ¿Qué me distraía? ¿Qué pensamientos me vinieron? De todas las frases que leí, ¿cuál fue la que me gustó? ¿Qué sentí? ¿Qué sentimientos predominaron? ¿Cómo terminé la oración? ¿Cómo me sentía?

* Una vez que escribiste todo esto, describí todos los sentimientos que pudiste encontrar en todas las partes de la oración. Por ahora, advierto lo que siento y lo describo. Lo escribo. En dónde sentiste más gusto, o al contrario, más disgusto, y también qué sentimiento te dominó…

# Una palabra con la que puedas resumir las gracias recibidas en esta oración.