“Iluminando mi sexualidad”
Cuando la
“Palabra” nos humaniza
Lic. Mónica Lorenzo
CULTURA
1º
Eje) eco-biológico necesidad de:
à conservar la vida
à reproducirnos
Creación: Ish/Isha´(antropología
hebrea) ≠antropología griega à varón-mujerà género à (asignación / identidad / rol)
# Gn 1,26-31:
1 26 Dios dijo: "Hagamos al hombre a nuestra imagen,
según nuestra semejanza; y que le estén sometidos los peces del mar y las aves
del cielo, el ganado, las fieras de la tierra, y todos los animales que se
arrastran por el suelo".
27 Y Dios creó al hombre a su imagen;
lo creó a imagen de Dios,
los creó varón y mujer.
28 Y los bendijo, diciéndoles: "Sean fecundos,
multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a
las aves del cielo y a todos los vivientes que se mueven sobre la tierra".
29 Y continuó diciendo:
"Yo les doy todas las plantas que producen semilla sobre la tierra, y
todos los árboles que dan frutos con semilla: ellos les servirán de alimento. 30 Y a todas la fieras de la
tierra, a todos los pájaros del cielo y a todos los vivientes que se arrastran
por el suelo, les doy como alimento el pasto verde". Y así sucedió. 31 Dios miró todo lo que
había hecho, y vio que era muy bueno. Así hubo una tarde y una mañana: este fue
el sexto día.
# Gn 2,4b-25:
2 4b Cuando el Señor Dios hizo
la tierra y el cielo, 5
aún no había ningún arbusto del campo sobre la tierra ni había brotado ninguna
hierba, porque el Señor Dios no había hecho llover sobre la tierra. Tampoco
había ningún hombre para cultivar el suelo, 6 pero un manantial surgía de la tierra y regaba toda la
superficie del suelo. 7
Entonces el Señor Dios modeló al hombre con arcilla del suelo y sopló en su
nariz un aliento de vida. Así el hombre se convirtió en un ser viviente.
8 El Señor Dios plantó un jardín en Edén, al oriente, y
puso allí al hombre que había formado. 9
Y el Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles, que eran
atrayentes para la vista y apetitosos para comer; hizo brotar el árbol del
conocimiento del bien y del mal. 10
De Edén nace un río que riega el jardín, y desde allí se divide en cuatro
brazos. 11 El primero se
llama Pisón: es el que recorre toda la región de Javilá, donde hay oro. 12 El oro de esa región es excelente,
y en ella hay también bedelio y lapislázuli. 13 El segundo río se llama Guijón: es el que recorre
toda la tierra de Cus. 14
El tercero se llama Tigris: es el que pasa al este de Asur. El cuarto es el
Eufrates.
15 El Señor Dios tomó al hombre y lo puso en el jardín
de Edén, para que lo cultivara y lo cuidara. 16 Y le dio esta orden: "Puedes comer de todos los
árboles que hay en el jardín, 17
exceptuando únicamente el árbol del conocimiento del bien y del mal. De él no
deberás comer, porque el día que lo hagas quedarás sujeto a la muerte".
18 Después dijo el Señor Dios: "No conviene que el
hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada". 19 Entonces el Señor Dios modeló con arcilla del suelo a
todos los animales de campo y a todos los pájaros del cielo, y los presentó al
hombre para ver qué nombre les pondría. Porque cada ser viviente debía tener el
nombre que le pusiera el hombre. 20
El hombre puso un nombre a todos los animales domésticos, a todas las aves del
cielo y a todos los animales del campo; pero entre ellos no encontró la ayuda
adecuada.
21 Entonces el Señor Dios hizo caer sobre el hombre un
profundo sueño, y cuando este se durmió, tomó una de sus costillas y cerró con
carne el lugar vacío. 22
Luego, con la costilla que había sacado del hombre, el Señor Dios formó una
mujer y se la presentó al hombre. 23
El hombre exclamó:
"¡Esta sí que es hueso de mis huesos
y carne de mi carne!
Se llamará Mujer,
porque ha sido sacada del hombre".
24 Por eso el hombre deja a su padre y a su madre y se
une a su mujer, y los dos llegan a ser una sola carne.
25 Los dos, el hombre y la mujer, estaban desnudos, pero
no sentían vergüenza.
2º
Eje) erótico necesidad de:
à desplegar la sensualidad
à ser cuidados: calor – protección – caricias
# Cant 1,2-4; 3,1-4; 7,1-8; 8,1-2; 8,6-8:
{La Amada}
1 2
¡Que me bese ardientemente con su boca!
Porque tus
amores son más deliciosos que el vino;
3 sí, el aroma de tus perfumes es exquisito,
tu nombre es un perfume que se derrama:
por eso las jóvenes se enamoran de ti.
4 Llévame contigo: ¡corramos!
El rey me introdujo en sus habitaciones:
¡gocemos y alegrémonos contigo,
celebremos tus amores más que el vino!
¡Cuánta razón tienen para amarte!
3 1
En mi lecho, durante la noche,
busqué al amado de mi alma.
¡Lo busqué y no lo encontré!
2 Me levantaré y recorreré la ciudad;
por las calles y las plazas,
buscaré al amado de mi alma.
¡Lo busqué y no lo encontré!
3 Me encontraron los centinelas
que hacen la ronda por la ciudad:
"¿Han visto al amado de mi alma?".
4 Apenas los había pasado,
encontré al amado de mi alma.
Lo agarré, y no lo soltaré
hasta que lo haya hecho entrar
en la casa de mi madre,
en la habitación de la que me engendró.
{Coro}
7 1
¡Vuelve, vuelve Sulamita,
vuelve, vuelve, para que te veamos!
{El Amado}
¿Por qué miran a la Sulamita,
bailando entre dos coros?
2 ¡Qué bellos son tus pies en las sandalias,
hija de príncipe!
Las curvas de tus caderas son como collares,
obra de las manos de un orfebre.
3 Tu ombligo es un cántaro,
donde no falta el vino aromático.
Tu vientre, un haz de trigo,
bordeado de lirios.
4 Tus pechos son como dos ciervos jóvenes,
mellizos de una gacela.
5 Tu cuello es como una torre de marfil.
Tus ojos, como las piscinas de Jesbón,
junto a la puerta Mayor.
Tu nariz es como la Torre del Líbano,
centinela que mira hacia Damasco.
6 Tu cabeza se yergue como el Carmelo,
tu cabellera es como la púrpura:
¡un rey está prendado de esas trenzas!
7 ¡Qué hermosa eres, qué encantadora,
mi amor y mi delicia!
8 Tu talle se parece a la palmera,
tus pechos a sus racimos.
{La Amada}
8 1
¡Ah, si tú fueras mi hermano,
criado en los pechos de mi madre!
Al encontrarte por la calle podría besarte,
sin que la gente me despreciara.
2 Yo te llevaría a la casa de mi madre,
te haría entrar en ella,
y tú me enseñarías...
Te daría de beber, vino aromatizado
y el jugo de mis granadas.
8 6
Grábame como un sello
sobre tu corazón,
como un sello sobre tu brazo,
porque el Amor es fuerte como la Muerte,
inflexibles como el Abismo son los celos.
Sus flechas son flechas de fuego,
sus llamas, llamas del Señor.
7 Las aguas torrenciales no pueden apagar el
amor,
ni los ríos anegarlo.
Si alguien ofreciera toda su fortuna
a cambio del amor,
tan sólo conseguiría desprecio.
{Los hermanos}
8 Tenemos una hermana pequeña,
aún no le han crecido los pechos.
¿Qué haremos con nuestra hermana,
cuando vengan a pedirla?
3º Eje) emocional necesidad de:
- ser comprendidos
- volcar intimidad à compasión
# Lc 7,36-50:
7 36 Un fariseo invitó a Jesús
a comer con él. Jesús entró en la casa y se sentó a la mesa.
37 Entonces una mujer pecadora que vivía en la ciudad, al enterarse de que Jesús estaba comiendo en casa del fariseo, se presentó con un frasco de perfume. 38 Y colocándose detrás de él, se puso a llorar a sus pies y comenzó a bañarlos con sus lágrimas; los secaba con sus cabellos, los cubría de besos y los ungía con perfume.
37 Entonces una mujer pecadora que vivía en la ciudad, al enterarse de que Jesús estaba comiendo en casa del fariseo, se presentó con un frasco de perfume. 38 Y colocándose detrás de él, se puso a llorar a sus pies y comenzó a bañarlos con sus lágrimas; los secaba con sus cabellos, los cubría de besos y los ungía con perfume.
39 Al ver esto, el fariseo que lo había invitado pensó:
"Si este hombre fuera profeta, sabría quién es la mujer que lo toca y lo
que ella es: ¡una pecadora!" 40
Pero Jesús le dijo: "Simón, tengo algo que decirte". "Di,
Maestro", respondió él. 41
"Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios, el
otro cincuenta. 42 Como
no tenían con qué pagar, perdonó a ambos la deuda. ¿Cuál de los dos lo amará
más?". 43 Simón
contestó: "Pienso que aquel a quien perdonó más". Jesús le dijo:
"Has juzgado bien".
44 Y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón:
"¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y tú no derramaste agua sobre mis
pies; en cambio, ella los bañó con sus lágrimas y los secó con sus cabellos. 45 Tú no me besaste; ella,
en cambio, desde que entré, no cesó de besar mis pies. 46 Tú no ungiste mi cabeza; ella derramó perfume sobre
mis pies. 47 Por eso te
digo que sus pecados, sus numerosos pecados, le han sido perdonados porque ha
demostrado mucho amor. Pero aquel a quien se le perdona poco, demuestra poco
amor". 48 Después
dijo a la mujer: "Tus pecados te son perdonados". 49 Los invitados pensaron:
"¿Quién es este hombre, que llega hasta perdonar los pecados?". 50 Pero Jesús dijo a la
mujer: "Tu fe te ha salvado, vete en paz".
4º Eje) eje social necesidad de:
à grupo social que nos acoja
Ser aceptados
socialmente
# Jn 4,5-9;25-27:
4 5 Llegó a una ciudad de
Samaría llamada Sicar, cerca de las tierras que Jacob había dado a su hijo
José. 6 Allí se encuentra
el pozo de Jacob. Jesús, fatigado del camino, se había sentado junto al pozo.
Era la hora del mediodía. 7
Una mujer de Samaría fue a sacar agua, y Jesús le dijo: "Dame de
beber". 8 Sus
discípulos habían ido a la ciudad a comprar alimentos. 9 La samaritana le respondió: "¡Cómo! ¿Tú, que eres
judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?". Los judíos, en
efecto, no se trataban con los samaritanos.
…
25 La mujer le dijo: "Yo sé que el Mesías, llamado
Cristo, debe venir. Cuando él venga, nos anunciará todo". 26 Jesús le respondió:
"Soy yo, el que habla contigo". 27
En ese momento llegaron sus discípulos y quedaron sorprendidos al verlo hablar
con una mujer. Sin embargo, ninguno le preguntó: "¿Qué quieres de
ella?" o "¿Por qué hablas con ella?".
# Lc 11,27-28:
11 27 Cuando Jesús terminó de
hablar, una mujer levantó la voz en medio de la multitud y le dijo:
"¡Feliz el seno que te llevó y los pechos que te amamantaron!". 28 Jesús le respondió:
"Felices más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la
practican".
5º Eje) ético-espiritual necesidad de:
à amar comprometidamente (matrimonio / celibato)
à ser aceptados incondicionalmente
# Mt 19,1-12:
19 1 Cuando Jesús terminó de
decir estas palabras, dejó la Galilea y fue al territorio de Judea, más allá
del Jordán. 2 Lo siguió
una gran multitud y allí curó a los enfermos. 3 Se acercaron a él algunos fariseos y, para ponerlo a
prueba, le dijeron: "¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer por
cualquier motivo?". 4
El respondió: "¿No han leído ustedes que el Creador, desde el principio, los hizo varón y mujer; 5 y que dijo: Por eso, el hombre dejará a su padre y a su
madre para unirse a su mujer, y los dos no serán sino una sola carne? 6 De manera que ya no son
dos, sino una sola carne. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido".
7 Le replicaron: "Entonces, ¿por qué Moisés
prescribió entregar una declaración de divorcio cuando uno se separa?". 8 El les dijo: "Moisés
les permitió divorciarse de su mujer, debido a la dureza del corazón de
ustedes, pero al principio no era sí. 9
Por lo tanto, yo les digo: El que se divorcia de su mujer, a no ser en caso de
unión ilegal, y se casa con otra, comete adulterio".
10 Los discípulos le dijeron: "Si esta es la
situación del hombre con respecto a su mujer, no conviene casarse". 11 Y él les respondió:
"No todos entienden este lenguaje, sino sólo aquellos a quienes se les ha
concedido. 12 En efecto,
algunos no se casan, porque nacieron impotentes del seno de su madre; otros,
porque fueron castrados por los hombres; y hay otros que decidieron no casarse
a causa del Reino de los Cielos. ¡El que pueda entender, que entienda!".