Oración luego del taller: 5 de mayo

Permanezcan en mí… Permanezcan en mi amor

* En tu presencia buscando tu mirada…
Tomo conciencia de la presencia de Dios en mi vida, en este momento. Dice San Juan de la Cruz: “El mirar de Dios es amor”, es esa mirada la que voy a buscar, con la que me quiero encontrar. Darme tiempo, no apurar el encuentro.

* Hago una petición al Señor.
Señor, que permanezca en tu amor

* Para meditar y conversar con Jesús.

Jesús, la verdadera vid
" Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Él corta todos mis sarmientos que no dan fruto; al que da fruto, lo poda para que dé más todavía. Ustedes ya están limpios por la palabra que yo les anuncié. Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto,
porque separados de mí, nada pueden hacer. Pero el que no permanece en mí, es como el sarmiento que se tira y se seca; después se recoge, se arroja al fuego y arde. Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán. La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis discípulos."
(Juan 15, 1-8)

Comentario

La imagen de la vid era familiar para los discípulos y aparecía con frecuencia en el Antiguo Testamento para describir la relación de Dios con el pueblo de Israel:

Cuando Dios formó el pueblo de Israel, al que llamó fuera de Egipto y lo colocó en Canaán, en circunstancias favorables, esperó que produjera fruto. Pero esta "viña" sólo dio uvas silvestres, frutos de la mala naturaleza del hombre pecador. Desde la comprobación de este resultado, los profetas anunciaron los juicios de Dios sobre el pueblo, que esperaba que se convierta de sus malas acciones e infidelidades.

Ahora, Cristo reemplaza al pueblo de Israel como vid de Dios en la tierra. Esto es lo que el Señor enseña a los discípulos al decirles que él es la "vid verdadera", y ellos son "sarmientos" vinculados con la nueva vid, con Cristo mismo.

Todo viñedo debe ser podado por un experto. Tiene que saber cómo y cuándo abonar la vid para lograr la mejor cosecha.

Nuestro Padre es el Labrador, la garantía de nuestro crecimiento y fruto:
El fruto es algo que el sarmiento tiene, no para sí mismo, sino para el propietario.
De la misma manera que en una vid buscamos uvas, en un creyente buscamos frutos cristianos, una vida y un testimonio cristiano. Un cristiano sin frutos es una contradicción.

La vid es una planta que crece de forma lozana y exuberante, de modo que este crecimiento llega a perjudicar el fruto, por tanto debe ser podada sin compasión.

La poda o limpieza, no consiste en quitar las malas hierbas, o espinos, o cualquier otra cosa que vaya a impedir el crecimiento (aunque de esto también tiene que haber), sino que consiste en cortar los largos sarmientos o ramas del año anterior, y quitar los brotes excesivos que aparecen cada año. Es el quitar algo que es una prueba de vigor y de vida; cuanto más vigoroso es el crecimiento, más diligente debe ser la poda. Es la madera sana y vigorosa de la vid que debe ser cortada. ¿Por qué? Porque consumiría demasiada savia y esta debe ser guardada para el fruto. Los sarmientos o ramas, a veces de tres y más metros de longitud, son cortados cerca de la rama principal, y no se deja nada de ellos excepto unos tres o cuatro centímetros, bastante para que salga un brote y pueda traer fruto.

Cuando todo lo que es superfluo ha sido cortado y queda muy poco de la rama, entonces se podrá esperar fruto bueno.

Nuestros mismos dones también corren el peligro de que sean desarrollados indebidamente y se ponga excesiva confianza en ellos. Y así, después de cada temporada de trabajo, Dios pone fin a nuestro "yo", agrandado y nos vuelve a centrar en Él.

* Para seguir profundizando:

¿Qué cosas/personas te ayudan a permanecer cerca de Dios?
Si estás unido a Jesús das fruto abundante. Recordá alguna consolación y los efectos de la misma en tu vida.
Jesús nos dice que pidamos lo que queramos que lo obtendremos. ¿Qué cosas te gustaría pedirle hoy a Jesús?

Puedo terminar con un Padrenuestro.

* A modo de exámen y síntesis

¿Cómo me fue en éste rato de oración con Jesús?
Vuelvo a repasar aquello que sentí que Dios me dijo. Aquella frase, aquella imagen que quedó resonando en el corazón, aquel diálogo, aquella presencia.

AL FINALIZAR BUSCO UNA PALABRA QUE SINTETICE ESTE ENCUENTRO CON JESÚS.

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