Taller Ignaciano: Martes 5 de Mayo

Espiritualidad Ignaciana

San Ignacio de Loyola (siglo XVI) tuvo una fuerte experiencia mística de Dios, a partir de encuentros personales con el Señor y consigo mismo, que después condensó en su pequeño libro de “Ejercicios Espirituales”. En éstos, Ignacio confía en la libertad responsable de cada uno.

Los Ejercicios Espirituales apuntan a ordenar los afectos – el corazón – y a clarificar la vocación personal, mediante la contemplación de los misterios de la vida de Cristo.

Los Ejercicios Espirituales son una herramienta privilegiada del método: el discernimiento de espíritus, ese ir indagando “qué quiere Dios de mí”, “la Trinidad” o “la Divina Majestad”, como solía llamarla el santo. O sea: no son una simple introspección, sino que del encuentro profundo con Jesucristo, “el hombre para los demás” (Hb.10,38), saldrá el ejercitante con grandes deseos de servir a Dios, dentro de la Iglesia.

Por último, ese amor a Cristo y a su Iglesia, se ha de vivir con la mayor entrega y perfección posible, ya que a ésta son llamados todos los cristianos, y no sólo los así llamados “consagrados” (presbíteros y religiosos).

En la “Elección de estado de vida”, muchos han descubierto su vocación a la Compañía de Jesús, Orden Religiosa que Ignacio fundó para propagar la fe en los distintos ambientes del Mundo Moderno y Contemporáneo (pobres, educación, ciencia, misiones, etc.), privilegiando siempre a los EE como método para la formación y compromiso en la sociedad.

[Ejercicios Espirituales, Colección: CEIA - Centro Manresa, Córdoba, Diciembre 2008, página 135]

La Oración Ignaciana

La oración es un encuentro con Dios. Es la experiencia de estar en su presencia, donde escuchamos su Palabra Y hablamos con Él.

San Ignacio – a partir de su propia experiencia espiritual, descubrió que la oración no es “saber” muchas cosas sobre Dios sino “sentir y gustar” interiormente la presencia de Dios: “… no el mucho saber harta y satisface el alma, sino el sentir y gustar de las cosas internamente” [EE2: Anotación nro. 2].

Pasos que te pueden ayudar para la oración:


* Preparación de la Oración
* Me pongo en la Presencia de Dios
* Escucho a Dios
* Hablo con Dios: Coloquio
* Examen de la oración

Oración:
Toma Señor
[EE 234]

Toma, Señor, y recibe toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y mi voluntad, todo mi haber y poseer; Vos me lo diste, a Vos, Señor, lo torno; todo es tuyo, disponed a tu voluntad; dame tu amor, dame tu gracia, que ésta me basta.

GUÍA PARA LA ORACIÓN

.: Preparación de la Oración

1. Busco un lugar donde pueda rezar en paz y con devoción. Puede ser la Capilla, mi cuarto, el parque o donde yo crea que puedo estar tranquilo y sin distraerme.

2. Determino el tiempo de oración. A qué hora voy a comenzar. Cuánto tiempo le voy a dedicar a la oración.

3. Busco una postura corporal: una postura cómoda y relajada. Los ojos cerrados o fijos en una imagen que me ayude a la oración.

4. Me tranquilizo: dejo serenar mi mente, interrumpo el proceso del pensar… me hago presente a mí mismo… pueden ayudar los siguientes pasos:

- Sensaciones: Tomo conciencia de la posición de mi cuerpo en general… y luego de cada parte de mi cuerpo… Comienzo desde lo más alto de la cabeza y desciendo progresivamente hasta llegar a la punta del pie… Me detengo unos segundos en cada parte de mi cuerpo… y luego continúo… tomo conciencia de cada una de las sensaciones que se producen en mi…

- Sonidos: Ahora me hago consiente de los sonidos que me rodean, los cercanos y los lejanos… me detengo unos momentos en cada uno… trato de evitar todo tipo de reflexiones… al escuchar sonidos me va inundando el silencio…

- Respiración: Siento el aire y la corriente de aire entrando y saliendo en mi respiración… la escucho y observo… Percibo los movimientos que produce en mí, en mi cuerpo, mis pulmones, mi diafragma… Respiro el aire cargado de la presencia de Dios… Inspiro el Espíritu de Dios, expiro todo lo que pueda ser obstáculo a su presencia… Aspiro profundamente deseando que Dios me purifique y me llene… Expiro deseando entregarme…

- Silencio: Se aquieta mi mente… me invade el silencio… la claridad… oriento mi atención hacia mi centro interior… en dónde se encuentra mi manantial… bebo de esa agua… en silencio…

Con la Palabra de Dios

* Ex.3,1-20: Descálzate. Yo soy el que soy.

* Is.55,1-11: Los que estén sedientos vengan a Mí… busquen al Señor… Él se deja encontrar.

* Mt.6,5-15: Ve a un lugar escondido. Tu Padre ve en lo secreto del corazón.

.: Me pongo en la Presencia de Dios
.: Escucho a Dios
.: Hablo con Dios: Coloquio
.: Examen de la Oración
.: Reglas de discernimiento: Consolación - Desolación




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