Martes 19/10: Taller de Crecimiento

"¿Violencia de género ó género violento?"

A. El economista Amartya Sen (Premio Nobel de Economía 1998) describe siete tipos de desigualdades entre varones y mujeres a escala universal:


1. Inequidad de mortalidad, basadas en las diferencias de nutrición y salud que reciben las mujeres (África y Asia).

2. Inequidad de natalidad, a causa de las preferencias de los niños sobre las niñas en las sociedades patriarcales y las prácticas de aborto selectivo conforme al sexo (este de Asia, China, Corea del Sur, entre otras regiones).


3. Inequidad en el acceso a educación, tanto en Asia, África como en América Latina.


4. Inequidad en oportunidades especiales de educación superior y praxis profesional, incluso visibles en países desarrollados de Europa y Norteamérica.


5. Inequidad profesional, referida a la división sexual del trabajo y del ejercicio profesional.


6. Inequidad en la propiedad de vivienda y territorio, lo cual repercute en las actividades comerciales, económicas y sociales de las mujeres.


7. Inequidad doméstica, relativa a los roles y responsabilidades que desempeñan las mujeres en el ámbito privado de la casa y la familia.



A. Sen, Desarrollo y libertad, Barcelona, 2000.
(Google: “Many faces of gender inequality”)



La categoría de género surge en las ciencias sociales como una herramienta de análisis de la realidad, que permite desocultar las causas de las desigualdades entre varones y mujeres.


B. La violencia está siempre ligada al poder. Es una forma abusiva de ejercicio de poder que produce un daño mediante la fuerza psicológica, física, económica, política, social. Implica un desequilibrio de poder. Violencia, maltrato y abuso son sinónimos. Implica la existencia de un arriba y un abajo, reales o simbólicos, con roles complementarios que indican una asimetría de poder. La fuerza (psicológica, física, etc.) es empleada como un modo de someter al otro, a través de la anulación del otro en cuanto otro.


La violencia puede ser física (desde el pellizco al asesinato), emocional (hostilidad verbal crónica con insultos, burlas, críticas, desprecios, descalificaciones, humillaciones, amenazas, controles, estrategias de aislamiento en relación a la familia extensa y red social) y sexual (imposición de actos sexuales contra la voluntad de la mujer, o en el caso de menores cualquier contacto sexual por parte de un adulto).


La problemática de la violencia en el interior de la familia (y de la violencia hacia la mujer en general) responde a una multideterminación en la que intervienen desde factores individuales psicodinámicos hasta factores socioculturales. Sin embargo, la determinante ligazón de la violencia con el poder nos conduce a subrayar el lugar preponderante que en la génesis de las relaciones de maltrato ocupan las creencias acerca de la femineidad y la masculinidad, del lugar y las funciones de la mujer y del varón, es decir, de los estrereotipos de género.


A continuación revisaremos algunas creencias que se detectan al trabajar con personas involucradas en relaciones de violencia conyugal. Lo haremos desde una escucha de género de los conceptos expresados por ellos mismos o por los testigos.


Él:
“Lo que pasa es que ella y los chicos no me respetan”.
“No es posible que llego después de trabajar y la casa es un desastre. Cómo no me voy a enojar”.
“En los temas de la plata no te metás porque vos de eso no entendés”.
“Me pongo nervioso porque ella me provoca, me lleva la contra, hace lo que quiere”.
“No se puede quejar, no le falta nada, le compro lo que quiere, la llevo de vacaciones”.
“Yo no soy violento, no es que le pego todos los días, nunca la dejé marcada”.

Ella:
“Yo no quiero separar la familia ni dejar a mis hijos sin padre”.
“El es así porque de chico sufrió mucho”.
“Vengo para saber qué tengo que hacer para ayudarlo”.
“Siempre pensé que con amor lo iba a cambiar”.
“El tiene su carácter, pero lo quiero”.
“Él es como dos personas, está bien y de repente se pone como loco si no se hace lo que él quiere, yo le hago caso para que él no se ponga malo”.
“No me puedo separar de él porque él es como mi brazo o mi pierna”.
“No, él no es violento, sólo me empuja o me agarra fuerte de los brazos, sólo una vez me agarró de los pies y me arrastró afuera de la cama”.


La madre de ella:
“Tenés que aguantar, tiene su carácter pero es un hombre bueno, no te hace faltar nada”.
“Tenés que perdonar por el bien de la familia”.

Para pensar...

Desde una escucha de género: ¿Qué concepciones culturalmente construidas (o creencias) acerca de la femineidad y la masculinidad descubrimos detrás de estas frases?

La Dra. Mónica Ukaski es médica psiquiatra y psicoanalista. Además como teóloga forma parte del programa de estudios Teologanda.

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